La seguridad alimentaria en el Líbano bajo amenaza

CESPAO: "La mitad de la población del Líbano corre el riesgo de no poder acceder a las necesidades alimentarias básicas para fin de año".

El Líbano depende en gran medida de las importaciones de alimentos para satisfacer las necesidades de su población. Luego de la masiva explosión que destruyó una parte importante del Puerto de Beirut, principal punto logístico del país para el ingreso de mercancías; y con la depreciación de la libra libanesa en un 78%; Medidas de contención COVID-19; y fuertes aumentos de las tasas de pobreza y desempleo; más de la mitad de la población del país corre el riesgo de no poder acceder a sus necesidades alimentarias básicas antes de fin de año.

Esta alarmante situación ha llevado a la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (CESPAO) a publicar hoy un nuevo informe de política titulado "¿Está amenazada la seguridad alimentaria en el Líbano?"

Antes de la explosión, la depreciación de la moneda nacional ya había inflado bruscamente los precios: se espera que la tasa de inflación promedio anual sea superior al 50% en 2020, en comparación con el 2,9% en 2019. En julio de 2020, el precio promedio de los productos alimenticios había aumentado en un 141% en comparación con julio de 2019.

Se espera un ligero aumento adicional debido al aumento de los costos de transacción de las importaciones de alimentos y la falta de confianza en la gobernanza de la disponibilidad de alimentos, lo que puede provocar compras de pánico.

Al comentar sobre esta grave situación, la Secretaria Ejecutiva de la CESPAO, Rola Dashti, pidió al gobierno libanés que dé prioridad a la reconstrucción de los silos en el puerto de Beirut como un activo nacional de seguridad alimentaria, rehabilite el depósito central de medicamentos y garantice el suministro continuo de medicamentos y vacunas esenciales para el más vulnerable.

“Deben tomarse medidas inmediatas para prevenir una crisis alimentaria, como intensificar el control de los precios de los alimentos, garantizar el precio máximo en las estanterías y fomentar las ventas directas de los productores locales a los consumidores”, añadió Dashti.

El informe también destaca un aumento de los costos de la producción agrícola en más del 50% para varios sistemas agrícolas, que se espera reduzca la producción agrícola nacional en el plazo inmediato. Además, los agricultores libaneses pierden alrededor del 30% de sus productos perecederos debido a la escasa capacidad técnica posterior a la cosecha y la falta de infraestructura adecuada. Sin embargo, en 2020, solo el 0,36% del presupuesto total del gobierno se dedicó a la agricultura.

Dashti hizo hincapié en la necesidad de reconstruir y rehabilitar los activos nacionales de seguridad alimentaria y alentar la producción y el procesamiento locales para reemplazar algunos insumos agrícolas importantes por otros producidos localmente. También pidió apoyar el comercio agrícola, por ejemplo, dedicando líneas de crédito especiales a proveedores de insumos para permitir importaciones mínimas basadas en tipos de cambio oficiales o subsidiados, como es el caso de productos básicos como trigo y medicinas.

“La comunidad internacional debe priorizar y ampliar los programas de seguridad alimentaria dirigidos a los refugiados y las comunidades de acogida para abordar los crecientes niveles de vulnerabilidad y disipar las posibles tensiones sociales”, concluyó.