Las manifestaciones en Irán que comenzaron en la ciudad de Isfahan se han extendido a otras ciudades.

La gente está protestando contra el alto costo de la vida, la corrupción, los recortes en los servicios de agua y electricidad y la presión política y social. Con recortes en los servicios de energía y agua, la vida cotidiana se ha vuelto muy difícil. Las autoridades asignan enormes presupuestos para la guerra, mientras que no desarrollan precauciones serias para combatir problemas económicos, ambientales o sociales.

Las demostraciones lideradas por comerciantes y personas dedicadas al comercio fronterizo fueron apoyadas posteriormente por taxistas y trabajadores.

Las mujeres iraníes también se están uniendo a las manifestaciones en grandes cantidades.

Frente a las crecientes manifestaciones en Karaj, las fuerzas pasdaran iraníes (Guardias Revolucionarios) han declarado el toque de queda. Los informes sugieren que 20 manifestantes fueron detenidos.