En Suecia, el Gobierno anuncia la política exterior anual del país en el Parlamento. Allí los portavoces de política exterior y los diputados de los distintos partidos hacen sus críticas, dan su opinión y realizan propuestas.
El portavoz de política exterior del partido sueco Liberales, Fredrik Malm, dirigió duras críticas a la ministra de Asuntos Exteriores sueca, Ann Linde, que dedicó muy poco tiempo a hablar de los acontecimientos en Turquía en su declaración. Linde dijo que Turquía desempeña un papel central en Europa y que Suecia seguirá apoyando a las fuerzas democráticas y poniendo en su agenda las violaciones de los derechos humanos en Turquía.
Sin embargo, Malm criticó que la ministra de Asuntos Exteriores había mencionado las violaciones de los derechos humanos en Turquía sólo por encima: “Turquía ha abolido la libertad de expresión en la práctica. Al ejercer una intensa represión contra sus ciudadanos, Turquía no puede considerarse un Estado constitucional. Políticos de la oposición como Selahattin Demirtaş están encarcelados”.
Según Malm, resulta extraño que Suecia no reconozca el genocidio cristiano perpetrado en Turquía hace 100 años. En este sentido, instó al gobierno a poner en vigor la decisión sobre el genocidio que el Parlamento adoptó hace años.
Linde respondió que “al igual que Fredrik Malm, nuestro gobierno está preocupado por la situación de los derechos humanos en Turquía en cuanto a los principios de la democracia y el estado de derecho”.
Malm también señaló las políticas agresivas de Turquía en Siria, el Mediterráneo, el norte de Irak y Armenia.
Por otro lado, el diputado del Partido de la Izquierda y portavoz de Política Exterior, Häkan Svenneling, afirmó que “el despotismo y las detenciones de disidentes han seguido limitando el espacio democrático en Turquía. Recientemente han sido detenidos 700 miembros del HDP en un intento de silenciar sus voces”.
Lotta Johnsson Fornarve, diputada del Partido de la Izquierda y vicepresidenta segunda del Parlamento, señaló la política despótica de Erdoğan en Turquía, donde la situación ha empeorado “de forma pandémica”.
Refiriéndose a la creciente represión contra el pueblo kurdo, Fornarve señaló que muchos periodistas, políticos y disidentes permanecen entre rejas en Turquía, entre ellos el ex co-presidente del HDP Selahattin Demirtaş. Añadió además que las mujeres se ven particularmente afectadas por esta represión, y que la violencia doméstica ha aumentado durante la pandemia.
“Suecia puede desempeñar un papel importante. Es importante que apoyemos a las fuerzas democráticas que luchan por los derechos humanos en Turquía”, añadió.