¿Qué significa la disolución del PKK?

Para comprender la decisión de disolver el PKK, es importante analizar con sinceridad la situación en Turquía. A pesar de todo lo que intenta mostrar al mundo exterior, su situación real es muy crítica.

FIN DE UNA ERA, COMIENZO DE OTRA

Del 5 al 7 de mayo, el PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) celebró su XII Congreso, dedicado a dos camaradas, Heval Fuat (Ali Haydar Kaytan) y Heval Riza Altun, quienes desempeñaron un papel esencial en la fundación del PKK y se convirtieron en mártires. Los resultados publicados anunciaron que “todas las actividades realizadas bajo el nombre del PKK han concluido” y que la lucha armada llegaba a su fin para abrir camino al desarrollo de una solución política y democrática.

Contexto geopolítico

Para comprender la decisión de disolver el PKK, es importante analizar con sinceridad la situación en Turquía. A pesar de todo lo que intenta mostrar al mundo exterior, su situación real es muy crítica. El arresto del alcalde de Estambul, İmamoğlu, refleja la profunda crisis que atraviesa Turquía. El régimen de Erdogan ha caído a tal punto que se ve obligado a utilizar el encarcelamiento de uno de sus principales oponentes para afianzarse en el poder.

Tomemos algunos otros ejemplos para ilustrar esta situación:

-El papel de vanguardia del sistema capitalista en Medio Oriente ha recaído ahora en Israel. Se está construyendo una nueva ruta económica que conecta la India con Europa, cruzando Medio Oriente pero evitando Turquía. Israel es el motor de la construcción de esta ruta, a través de la cual pretende desarrollar el proyecto imperialista del “Gran Medio Oriente”.

-Después de más de 40 años de conflicto armado con el movimiento kurdo y con la ayuda masiva de la OTAN y de Estados Unidos en general, Turquía no ha podido liquidar militarmente al PKK.

-Turquía está pasando por una gran crisis económica, debido principalmente a su economía de guerra.

-En un momento en que las fuerzas del capitalismo global buscan trascender el statu quo del Estado nación, Turquía insiste en este modelo. Con la guerra en Gaza, Líbano y Yemen, y la caída de Bashar al Asad, el Estado turco es consciente de la magnitud del cambio en curso y de los riesgos que conlleva. Si no se concreta en una invasión militar, podría ser un golpe de Estado, como ha ocurrido en numerosas ocasiones en la historia de Turquía.

-Israel atacó recientemente por primera vez objetivos turcos en territorio sirio.

-En este contexto de profunda crisis, que contradice la imagen que Turquía tiene de sí misma y su percepción externa, se inició un nuevo proceso de paz en octubre de 2024. Tras estrechar la mano del líder del Partido por la Igualdad y la Democracia (DEM), el partido prokurdo, Devlet Bahçeli, líder del partido nacionalista MHP, lanzó una nueva iniciativa. Comprendiendo los graves riesgos para la continuidad del Estado turco, instó a desarrollar un nuevo proceso. Esta es la principal diferencia con los procesos anteriores, que fueron sistemáticamente saboteados por fuerzas, incluido el MHP, que no tenían ningún interés en la paz.

¿Qué ha pasado en las últimas semanas?

El llamamiento de Abdullah Öcalan del 27 de febrero de 2025 a favor de la paz y una sociedad democrática, instó al PKK a celebrar un congreso para disolverse y deponer las armas, y pasar de la lucha armada a una solución política, con la condición de que Turquía estableciera una garantía legal para el proceso y reconociera la política democrática. El PKK reaccionó positivamente declarando inmediatamente un alto el fuego y condicionando el congreso a poder contactar directamente con Öcalan. El Partido DEM ha continuado sus reuniones con diversos representantes políticos turcos, entre ellos el presidente Erdogan, el ministro de Justicia, el líder del partido nacionalista MHP, etc.

No todas las conclusiones de las discusiones se han hecho públicas por razones relacionadas con el desarrollo del proceso, pero lo cierto es que la situación de Öcalan cambió en cierta medida, aunque el régimen de aislamiento aún se mantiene. Delegaciones han podido visitar Imrali y asegurar la comunicación entre Öcalan y el resto del movimiento. También se confirmó que Öcalan pudo transmitir un informe político que se presentó en el congreso.

Es importante comprender que el Estado turco no es una entidad unificada. Existen diferentes facciones dentro de él con distintos intereses. Algunos partidos desean que la guerra continúe, pues tienen intereses políticos y económicos. Si la guerra cesa, estas facciones pierden su razón de ser. Fuerzas externas como Israel, Irán y la OTAN también buscan sabotear este proceso, que consideran una amenaza para sus propias políticas. Al no responder a las provocaciones que podrían haber frenado el desarrollo del proceso y al tomar la decisión de disolverse, el PKK mantiene la iniciativa y ejerce la máxima presión sobre el Estado turco.

¿Cuáles son las conclusiones del XII Congreso del PKK?

Es importante comprender la diferencia entre disolución y liquidación. Ser liquidado es desaparecer sin quererlo. La disolución del PKK es una decisión consciente y meditada, resultado de un congreso que reunió a más de 200 delegados de todas las ramas del movimiento. La declaración final afirma que “todas las actividades realizadas bajo el nombre del PKK han concluido” y subraya que el PKK, como partido, ha cumplido su misión histórica. Sin embargo, esto no significa que se haya abandonado la lucha, sino todo lo contrario. Como señaló Duran Kalkan, uno de los fundadores del PKK, “este no es el fin de la lucha, sino un nuevo comienzo”.

La conclusión del congreso indicó que es necesario desarrollar una solución real basada en el socialismo y la democracia comunal, en el marco de una República democrática que permita la coexistencia entre los pueblos. La declaración decía: “Renovamos nuestra promesa a todos los mártires de la lucha y afirmamos nuestro compromiso de hacer realidad los sueños de Paz y Democracia del camarada Mártir Sırrı Süreyya Önder”. Para alcanzar este ideal, es necesaria, por supuesto, una lucha enorme e intensa, basada en un movimiento con prácticas y organización renovadas.

Un nuevo paradigma

La principal diferencia entre el proceso actual y otros procesos de paz que han tenido lugar en la historia de los movimientos de liberación nacional o socialistas (y que en su mayoría han culminado en liquidación) radica en que el movimiento de liberación de Kurdistán cuenta con un paradigma político construido precisamente mediante la lucha contra la dinámica de la liquidación. El proceso que se está gestando hoy tiene sus raíces en 1993. Ante la realidad del colapso de la URSS, Öcalan comenzó a desarrollar un nuevo paradigma para evitar repetir los errores de la experiencia soviética, insistiendo al mismo tiempo en el socialismo como camino hacia la liberación humana.

A partir de ese momento, Öcalan consideró que el PKK y su lucha armada habían cumplido su papel histórico: el reconocimiento de la identidad kurda y la posibilidad de una solución política. En aquel entonces, se estaba desarrollando el primer proceso de paz. Sin embargo, el presidente turco de entonces falleció en circunstancias poco claras, probablemente asesinado, lo que puso fin al proceso. Durante 32 años, el movimiento kurdo se ha visto obligado a librar una guerra impuesta por las potencias imperialistas.

La posibilidad de paz hoy abre el camino a la expansión del paradigma teorizado por Abdullah Öcalan, basado en la ecología, la liberación femenina y la democracia radical. Este paradigma, también conocido como confederalismo democrático y conocido por haber cobrado forma en el noreste de Siria, representa un gran símbolo de esperanza. Ya sea a través de la revolución de Rojava, la resistencia guerrillera contra el segundo ejército más grande de la OTAN, el movimiento “Jin, Jiyan, Azadi” o el experimento comunalista en el norte de Kurdistán, la lucha del PKK ha trascendido desde hace mucho tiempo las fronteras del partido fundado en 1978. Este espíritu se ha extendido por todo el mundo, dando origen a cientos de grupos y organizaciones. Más que un partido, el movimiento apoísta representa ante todo una ideología, una forma de vida, una cultura, una ética, una visión estratégica y una propuesta para un sistema social alternativo a la modernidad capitalista.

En consonancia con el cambio de paradigma, el papel del PKK se ha transformado en las últimas dos décadas, cediendo el protagonismo a la KCK (Unión de Comunidades de Kurdistán), representante del sistema de confederalismo democrático construido por las sociedades de Kurdistán. El proceso de paz abre una oportunidad histórica para extender los cimientos de este sistema a todas las esferas de la vida. La declaración final del Congreso nos lo recuerda: “Es de vital importancia que nuestro pueblo, liderado por mujeres y jóvenes, construya sus propias organizaciones en todos los ámbitos de la vida, se organice con base en la autosuficiencia a través de su lengua, identidad y cultura, se autodefienda frente a los ataques y construya una sociedad democrática comunitaria con espíritu de movilización”.

No es un final, sino un nuevo comienzo

El nuevo proceso que se ha desarrollado desde el histórico llamamiento del 27 de febrero debe entenderse también como una intervención de Abdullah Öcalan para llevar al movimiento apoísta a una nueva fase de lucha. En un momento en que la crisis de la modernidad capitalista se agrava día a día, la necesidad de un nuevo internacionalismo nunca ha sido mayor. Como dijo Besê Hozat, miembro del comité ejecutivo de la KCK, en el Congreso: “Entendemos claramente que se trata de un nuevo comienzo, un proceso de cambio, transformación y reestructuración”. 

Es un proceso de construcción gradual de una nueva organización que dé forma a este nuevo internacionalismo expresado en la hermandad entre los pueblos kurdo y turco hasta las islas de Papúa e Indonesia, pasando por las montañas de Abya Yala, las metrópolis europeas, los caracoles zapatistas, los pueblos de Mali, las comunidades del noreste de Siria y cientos de otros territorios.

En cuanto a dónde se desarrolla más esta revolución internacionalista y comunalista, Öcalan ha dejado clara su visión. En los últimos meses, ha compartido su visión de una Siria donde el pueblo druso, las comunidades alauitas y árabes desarrollen su propia autonomía siguiendo el modelo de la construida en Rojava: hermandad entre pueblos, liberación de la mujer y democracia comunal.

Nuevo internacionalismo

Si es posible imaginar este futuro para Siria hoy, ¿quién puede impedirnos imaginarlo para la humanidad en su conjunto mañana? En un mundo donde las sociedades se enfrentan a la amenaza existencial de una guerra global, este paradigma representa una alternativa desde Medio Oriente hasta Asia, desde Abya Yala hasta África y Europa. Al respecto, la declaración final subraya: “Con el Socialismo de la Sociedad Democrática representando una nueva fase en el proceso de paz y sociedad democrática y en la lucha por el socialismo, el movimiento democrático global avanzará y surgirá un mundo justo e igualitario. Sobre esta base, hacemos un llamamiento a la opinión pública democrática, especialmente a nuestros camaradas que lideran la Iniciativa de Libertad Global, a ampliar la solidaridad internacional en el marco de la teoría de la modernidad democrática”.

Nuestra responsabilidad

En un proceso tan complejo, donde intervienen numerosos factores y actores, es normal tener dudas y contradicciones. Pero nunca debemos permitir que la guerra mediática nos confunda. Si tenemos dudas, deben ser sobre los Estados y su capacidad para comprometerse sinceramente con un proceso de solución política. Este proceso alcanzará sus objetivos si se basa en la confianza en el movimiento y una sólida camaradería.

Nuestra responsabilidad es sumarnos a las acciones que presionan al Estado turco y mostrar abiertamente nuestro apoyo al proceso en curso mediante iniciativas. Sin demora, también debemos, más que nunca, profundizar nuestra comprensión del paradigma y vincularlo con el territorio en el que vivimos, para participar en la construcción de este nuevo internacionalismo.

Concluimos con la promesa hecha por los 232 delegados al concluir el Congreso: “Como socialista, viviré en una sociedad democrática basada en la línea apoísta. Lucharé contra la civilización machista y el sistema estatista. Me basaré en un sistema comunitario democrático fundado en la libertad de las mujeres. En cualquier circunstancia, intensificaré la lucha por la libertad del pueblo kurdo. Lideraré la construcción de una sociedad democrática. Defenderé el socialismo democrático y la libertad. Preservaré todos los valores establecidos por el PKK. Lucharé por un Medio Oriente democrático y un mundo democrático. Sobre esta base, juro mi honor y dignidad al Líder Apo, a todos los mártires del Kurdistán, a todo nuestro pueblo y a la humanidad. ¡Lo prometo, lo prometo, lo prometo!”.

FUENTE: Revista Lêgerîn / Traducción y edición: Kurdistán América Latina