Líderes de diferentes movimientos sociales, comunidades y naciones de todo el mundo han publicado una carta (ENLACE) en el periódico 'The Guardian': “Oramos por su resilencia, protección y perseverancia. Oramos para que sean escuchados y aprendamos de la Tierra viva mientras continúe mostrándonos cómo crear sociedades que vivan en cooperación con todos los seres. Oramos para que quienes detentan posiciones de poder se acuerden de su humanidad y pongan fin a esta invasión de inmediato”.

Y añaden: “Lo que está en juego en el nordeste de Siria es mucho más que el destino del pueblo kurdo o la patria autónoma de Rojava, o incluso la lucha contra el ISIS. Lo que está en juego allí es la capacidad de la humanidad para sobrevivir a nuestra actual crisis civilizatoria e imaginar nuevas alternativas antes de que sea demasiado tarde.

Los Estados Unidos de América, el Reino Unido, Francia, Rusia y otras supuestas potencias están traicionando de forma activa tanto el derecho internacional como la Convención de Ginebra al permitir y facilitar la limpieza étnica y la ocupación de Rojava. El objetivo de Turquía es evidente: erradicar lo que todos los poderes fascistas temen, un pueblo libre que se atreve a crear experimentos valientes y exitosos fuera del sistema globalizado”.

La carta continúa: “Para que Rojava sobreviva y para que la justicia realmente prevalezca, debemos unirnos de forma creativa con nuestras voces, valores y visiones compartidas por un cambio de los sistemas globales. Rojava está luchando por las mismas razones que la mayor parte del mundo. Rojava ha demostrado que la salida a la crisis social y ecológica no pasa por un desarrollo centrado en el PIB, sino más bien por medio de comunidades autónomas descentralizadas”.

Y finalizan: “Hacer que estas comunidades funcionen en más y más lugares, regenerando ecosistemas, sanando nuestro trauma colectivo y creando estructuras sociales basadas en la solidaridad y la confianza, es el trabajo transformador de nuestro tiempo. Una vez que veamos nuestras luchas como interdependientes, con la red de la vida misma, no habrá ejército en el planeta capaz de detener la inevitable transición”.

Los firmantes de esta carta son:

LaDonna Brave Bull Allard, Standing Rock, Isla Tortuga (EE. UU.).
Salim Dara, Solidaridad Rural, Benin.
Eve Ensler, One Billion Rising, EE. UU.
Sabine Lichtenfels, Centro de investigación de paz de Tamera, Portugal.
Tiokasin Ghosthorse, Radio indígena First Voices, Isla Tortuga (EE. UU.)
Alnoor Ladha, The Rules, Canadá.
Gildardo Tuberquia, Comunidad de Paz de San José de Apartadó, Colombia.
Yael Ronen, Teatro Maxim Gorki, Alemania.
Sami Awad, Holy Land Trust, Palestina.
Gigi Coyle, Beyond Boundaries, EE. UU.
Joshua Konkankoh, Better World, Camerún.
Stuart Basden, Extinction Rebellion, Reino Unido
Aida Shibli, Global Campus, Palestina
Claudio Miranda, Favela da Paz, Brasil.
Rajendra Singh, Tarun Bharat Sangh, India.