La Asociación Cultural Pir Sultan Abdal (PSAKD) ofreció una rueda de prensa en la Asociación Mülkiyeliler (organización de exalumnos de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Ankara) para anunciar la conmemoración que realizarán el 2 de julio, en conmemoración del aniversario de la masacre de Madımak, en la que murieron 33 intelectuales. Cuma Erçe, presidente de la PSAKD, se dirigió a la rueda de prensa junto con miembros de la asociación e hizo el siguiente llamamiento: “Invitamos a todos nuestros amigos y amigas que defienden el trabajo, el laicismo y la igualdad, que sueñan con una Turquía libre, fraternal y llena de luz, que son la voz del pueblo y la luz en la oscuridad, a unirse a nosotros en Sivas el 2 de julio o a salir a las calles dondequiera que estén. Llamamos a la lucha unida contra el cerco fascista y fundamentalista. No lo hemos olvidado, no lo olvidaremos y no permitiremos que se olvide”.

Los perpetradores contaron con la protección de las autoridades políticas.

Cuma Erçe describió la masacre de Madımak, en la que 33 personas perdieron la vida, como una de las atrocidades más oscuras y vergonzosas de la historia de la humanidad. Afirmó que, incluso después de 32 años, ni su dolor ni su ira han disminuido. Erçe afirmó: “No se ha hecho justicia. Si bien la mayoría de los perpetradores quedaron impunes, quienes fueron condenados fueron indultados y puestos en libertad. Un crimen de lesa humanidad prescribió. No se ha confrontado con las masacres ocurridas antes de Sivas, ni se ha reflexionado sobre lo ocurrido en Sivas ni sobre las masacres posteriores. Ninguna de las atrocidades ha sido juzgada. Nadie ha rendido cuentas. Porque los perpetradores contaban con la protección directa de las autoridades políticas”.

Los alevíes deben tener voz en la Constitución.

Cuma Erçe también habló sobre los debates en curso en torno a la resolución de la cuestión kurda. Afirmó: “Una paz que no pase por Haji Bektash, Dersim y Madımak es incompleta e injusta para los alevíes. Ningún asunto, especialmente la cuestión kurda y la cuestión aleví, puede resolverse sin confrontación y ajuste de cuentas. Los alevíes siempre han defendido la paz, pero cualquier paz construida sin verdad ni rendición de cuentas está condenada al colapso desde el principio. Hoy también se están debatiendo una nueva constitución. Sin embargo, una vez más, los alevíes no están en la mesa, ni tampoco los trabajadores, las mujeres ni los kurdos. Un contrato social escrito sin nosotros nunca podrá ser igualitario, libre ni fraternal. Los alevíes no solo son la conciencia de este país; también son una voluntad fundacional. Por eso, los alevíes deben tener voz en la nueva Constitución, no solo como tema, sino como sujetos y como fuerza fundacional”.