El viernes comenzó la feria de turismo de tres días en la ciudad alemana de Hamburgo. El comité de Hamburgo de la campaña Women Defend Rojava pidió un boicot al turismo de Turquía junto con los grupos locales de las iniciativas Tatort Kurdistán y #RiseUpForRojava.  

En un puesto frente al centro de exposiciones, los potenciales turistas de Turquía son conscientes de que los ingresos del turismo se están utilizando para financiar la sangrienta guerra contra el pueblo kurdo, que el estado turco ha estado librando durante más de 40 años.

El año pasado, Turquía ganó alrededor de 30 mil millones de dólares con el turismo y aumentó drásticamente sus gastos militares en el mismo año. Alrededor de 1,2 millones de ciudadanos alemanes ahora reservarán sus vacaciones y, para muchos de ellos, unas vacaciones en Turquía después de dos años de abstinencia aparentemente están nuevamente en el ámbito de la posibilidad.

La etnóloga, autora y activista del movimiento de mujeres kurdas Anja Flach de Hamburgo es una de las participantes en la campaña y expresó: "No se puede permitir que la gente muera porque otras quieren irse de vacaciones".

Sin embargo, el gobierno turco no solo está tomando medidas contra el pueblo kurdo, las minorías y los miembros de la oposición en su propio país. También ha invadido el norte y el este de Siria en violación del derecho internacional, ocupando partes de este y apoyando a grupos yihadistas allí.

"La aerolínea más grande de Turquía, Turkish Airlines, pertenece en parte al estado turco. Los jefes de Turkish Airlines están estrechamente vinculados con Erdogan y constantemente promueven la guerra de Turquía. Por lo tanto, llamamos a los visitantes de TRAVEL HAMBURG a boicotear Turkish Airlines y Turquía como destino de vacaciones. En las dictaduras la gente no se va de vacaciones", exige Flach.

La política de represas turcas seca la región

El activista Julius Luxembourg señaló la política turca de represas y agua en Kurdistán y recordó la destrucción de la antigua ciudad de Hasankeyf, de doce mil años de antigüedad. La política de aguas de Turquía no sólo conduce a una gran destrucción ambiental, sino que también se usa sistemáticamente como arma de guerra. Debido a las grandes capacidades de almacenamiento de las represas, el estado turco puede bloquear arbitrariamente el agua en cualquier momento, no solo en su propio país sino también en grandes partes del norte de Siria y el sur de Kurdistán. Serêkaniyê (Ras al-Ain) ya se había secado de facto antes de la invasión y ocupación turcas en octubre pasado.

Intervención callejera

Se planea una presentación en la calle para hoy como parte de la acción frente al recinto de exhibición. El stand se puede visitar todos los días de 10 18 hs hasta el domingo.