Llamamiento conjunto por la paz pide el fin del aislamiento de Abdullah Öcalan

78 personalidades, entre ellas personas de la política, periodistas, intelectuales y artistas, pidieron al gobierno turco que ponga fin a las prácticas ilegales de aislamiento contra el líder kurdo Abdullah Öcalan.

78 personalidades, entre ellas personas de la política, periodistas, intelectuales y artistas, presentaron su declaración “Llamamiento por la paz” pidiendo una solución democrática y pacífica a la cuestión kurda.

La reunión en Taksim, Estambul, fue seguida por un gran número de periodistas, incluidos medios de comunicación internacionales, y asistieron representantes de organizaciones no gubernamentales, académicos, políticos, autores y artistas, además de los firmantes.

El discurso de apertura estuvo a cargo del presidente honorario de la Asociación de Derechos Humanos (IHD), Akın Birdal, y la declaración fue leída por el activista de derechos humanos Nimet Tanrıkulu, uno de los firmantes.

La declaración recordó el “proceso de resolución” que buscó una solución democrática y pacífica a la cuestión kurda entre 2013 y 2015, que, según dijo, logró un ambiente de tranquilidad social y paz por primera vez en Turquía y fue testigo de importantes avances, pero terminó en el fracaso.

La declaración afirmaba que las negociaciones celebradas en Imrali (isla prisión donde se mantiene cautivo al líder kurdo Abdullah Öcalan) con conocimiento del gobierno estaban entre los factores más vitales que crearon este entorno pacífico.

La declaración enumera los acontecimientos en el período mencionado de la siguiente manera: se promulgó una ley especial para este proceso de diálogo, el gobierno estableció un Comité de Sabios, se discutió el "Proceso de Paz y Solución" en Turquía y se prepararon informes. En línea con el trabajo del Comité de Sabios en todo el país, se demostró que es posible una solución pacífica a la cuestión kurda y la gente ofreció todo su apoyo.

La característica más básica de este proceso fue el hecho de que el principal interlocutor de las conversaciones fue Abdullah Öcalan, como sugirió la parte kurda, señala.

La declaración señaló que el país terminó en una espiral de conflicto y múltiples crisis, principalmente económica, tras el fracaso del Proceso de Paz y Solución en 2015.

“Este proceso, que se ha profundizado cada vez más desde el 24 de julio de 2015 y continúa en tierras de Turquía, Irak y Siria, ha llegado al punto de debilitar, corromper y consumir al país en términos políticos, legales, económicos, morales y culturales. aspectos. El régimen de Turquía evolucionó hasta convertirse en uno completamente autoritario. Por otra parte, la oposición política y social en Turquía no pudo impedir esta transformación, que alimentó el estancamiento de la cuestión kurda. A medida que el gobierno autoritario ejerció su influencia sobre los opositores políticos, el poder judicial se politizó cada vez más y la política de encarcelamiento se convirtió en un medio clave de represión. Este período, que se formó de acuerdo con las ambiciones políticas del régimen, llegó a tal punto que ni siquiera las leyes existentes pueden implementarse ya, como se ve en el caso de la prisión de la isla de Imrali. Ha habido una grave desviación de la legislación, la jurisprudencia y las normas del derecho nacionales e internacionales”.

La declaración continúa: “Frente a todas estas verdades, la construcción de la paz social es, ante todo, la base de un sistema democrático. Corresponde a los partidos políticos en el Parlamento de Turquía y a los movimientos sociales pluralistas, inclusivos y dinámicos tomar medidas por la paz. Oponerse a las políticas de guerra seguidas por la oposición social y el parlamento y presionar por una solución democrática y la paz apoyará y consolidará ambos terrenos mutuamente”.

La declaración afirmó que construir la paz es el deber más urgente de la humanidad en la realidad de Oriente Medio, que hoy se ha convertido en un campo de fuego, y condenó todas las prácticas ilegales en Palestina, el noreste de Siria, Irak, Karabaj y Ucrania.

“Permanecer en silencio sobre estas políticas que provocan muertes y desplazamientos forzados es resultado de la falta o la impotencia de las políticas para la paz. Las cuestiones sociales sólo pueden resolverse tomando como referencia el diálogo, la reconciliación, la igualdad, la justicia y la libertad. Nuestro esfuerzo es buscar la paz y encontrar el coraje para recorrer su camino. La paz permitirá la construcción de una salud social que nos hará más fuertes como un todo”.

“Como quedó demostrado durante los intentos de construir la paz entre 1923 y 2015, Abdullah Öcalan es el principal interlocutor que puede tomar la iniciativa y producir una solución. Öcalan, que desempeña un papel fundamental en una solución democrática y pacífica a la cuestión kurda, ha sido privado de todos sus derechos constitucionales y legales durante 32 meses. Su familia y sus abogados no pueden recibir noticias suyas. Destacamos la necesidad de poner fin a esta ilegalidad y respetar sus derechos. Creemos que Öcalan hará importantes contribuciones a la socialización de la paz, cuya construcción es de importancia histórica para Turquía. Sobre esta base, hacemos un llamado al gobierno para que ponga fin a las prácticas ilegales de aislamiento. Invitamos a la oposición política y social a fortalecer la política por la paz. Como lo han demostrado los últimos acontecimientos, la peor paz es mejor que la guerra más justa”.