Make Rojava Green Again y Friday for Future emitieron una declaración que marca el Día Mundial de Acción Climática.

La declaración expresó lo siguiente:

"Queridos amigos, queridos jóvenes,

Enviamos nuestros saludos desde Rojava, en el noreste de Siria, donde el 9 de octubre comenzó la largamente anunciada guerra de agresión del estado fascista turco. A pesar del presunto alto el fuego, los ataques continúan. El ejército turco y sus grupos yihadistas aliados están atacando deliberadamente a civiles y a sus medios de vida. Una y otra vez bombardean hospitales, comunidades de aldeas, centrales eléctricas y presas.

El ejército turco bombardeó la planta de suministro de agua potable en Alouk en los primeros días de los ataques, y 450,000 personas dependen de ello. Desde entonces, no ha habido agua limpia en el distrito de Heseke, aunque se necesita más agua allí porque las personas que han huido de las zonas de guerra en la frontera se están refugiándo allí.

Durante los ataques de Afrin a principios de 2018, el ejército turco también bombardeó los sistemas de agua y, por lo tanto, el agua se está utilizando como arma. Erdogan sabe que sin agua no es posible sobrevivir y trata de romper la resistencia de la población y obligarla a abandonar Rojava. La guerra contra la ecología, sin embargo, comenzó mucho antes del 9 de octubre. Después de todo, la guerra tiene muchos lados, no solo el lado militar. El estado turco fascista ha estado librando una guerra ecológica contra los territorios autónomos en el noreste de Siria durante varios años. Mediante
enormes represas, el gobierno turco puede controlar el flujo de agua de los ríos Eufrates y Tigris hacia el noreste de Siria y restringir sistemáticamente el suministro de agua. Esto da como resultado malas cosechas y una disminución de la calidad del agua.

Desde el 9 de octubre, la guerra contra Rojava ha alcanzado un nuevo nivel. Los ataques aéreos y de artillería no solo destrozan a las familias, matan y hieren no solo a los humanos sino también a los animales y destruyen su sustento, es decir, la naturaleza, en muchos lugares.
El ataque a Rojava es sobre todo un ataque a los logros de la revolución. Una revolución basada en la democracia radical de base, la liberación de las mujeres, la ecología y la diversidad étnica y religiosa. Una revolución que significa esperanza para las personas en todo el mundo, porque prácticamente muestra que es posible una alternativa a la existente si la tomamos en nuestras propias manos.

Antes de venir aquí, muchos de nosotros estuvimos en las calles con usted todos los viernes durante el año pasado. Sin embargo, ya no esperamos nada de los estados y gobiernos. En lugar de apelar más a los políticos que hablan en lugar de tomar medidas, queremos tomar nuestro futuro en nuestras propias manos.

Vinimos a Rojava como internacionalistas para participar en el despertar ecológico y para aprender cómo puede ser una sociedad que se maneje en las comunidades y se base en los valores de solidaridad y comunidad. Después de todo, estamos convencidos de que solo podemos resolver la crisis ecológica si superamos la mentalidad de opresión y explotación contra los seres humanos y la naturaleza. Hoy en día, la revolución de Rojava y su naturaleza están en gran peligro. Debido a la guerra, tuvimos que detener nuestro trabajo ecológico en la región. Sin embargo, estamos decididos a continuar. Después de todo, Rojava debe ser defendida, de lo contrario no hay tierra libre en la que pueda tener lugar una revolución.

El hecho de que los jóvenes de todo el mundo estén alzando la voz por el movimiento de justicia climática en defensa de la revolución de Rojava nos da fuerza y ​​coraje. ¡Sigan así!

¡Continúa resistiéndote activamente y has ruido, enojate y desobedece!

¡Juntos cambiaremos el sistema capitalista y defenderemos a Rojava!

Berxwedan jiyan e - ¡La resistencia es vida!”