El 8 de noviembre, dos aviones de combate estadounidenses llevaron a cabo un ataque selectivo contra una instalación en el este de Siria afiliada al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) y a grupos de milicias alineados con Irán.
"Estas acciones se tomaron en respuesta a las continuas amenazas y ataques dirigidos a bases estadounidenses tanto en Siria como en Irak por parte del IRGC y grupos relacionados", advirtió el jueves a la prensa la subsecretaria de prensa del Pentágono, Sabrina Singh.
“Esta acción tenía como objetivo alterar y degradar las capacidades de los grupos directamente responsables de atacar a las fuerzas estadounidenses en la región. Al atacar específicamente estas instalaciones asociadas, buscamos transmitir un mensaje claro a Irán de que lo hacemos responsable de los ataques a las fuerzas estadounidenses y esperamos que Irán tome medidas para ordenar a sus representantes que cesen”, explicó Singh y agregó que sus acciones militares no dan señales de un cambio en su enfoque hacia el conflicto entre Israel y Hamas, en el marco de la ocupación de Palestina, y no tienen intenciones de escalar en la región.
“Sabemos que Irán continúa armando, equipando, entrenando y apoyando financieramente a estos grupos. Seguimos evaluando el éxito de estos ataques y, por supuesto, la protección y seguridad de nuestras tropas es una prioridad no sólo para el presidente, sino también para el secretario. Por eso, si sentimos que necesitamos volver a atacar en el momento y lugar que elijamos, lo haremos absolutamente”, señaló Singh.
Sabrina Singh declaró que “ entre el 17 de octubre y el 9 de noviembre, las fuerzas estadounidenses y de la coalición han sido atacadas al menos 46 veces hasta la fecha, 24 veces distintas en Irak y 22 veces distintas en Siria, mediante una combinación de drones y cohetes de ataque unidireccional".
Según Singh , ha habido 56 personas heridas, pero todas han vuelto a sus funciones.