Sevim Uçar Dinçaslan ha muerto de cáncer tras tres años de lucha contra la enfermedad. Dinçaslan vivía en la ciudad suiza de Delemont.
La activista, oriunda de Dersim pasó gran parte de su vida en Mersin y fue detenida durante la oscura época del golpe militar del 12 de septiembre y durante la cual fue torturada 90 días.
Dinçaslan tuvo que exiliarse a Suiza cuando la presión del estado, tanto sobre ella como sobre su familia, se incrementó tras el incremento de la represión. Dinçaslan, que nunca se apartó de su militancia política durante el exilio, es conocida popularmente como “la hermana de todos”.
Dinçaslan, con dos hijos, será enterrada en la planicie de Çukurova (Mersin), como ella deseaba.
Hüseyin Dinçaslan, hijo de Sevim, ha informado de los detalles del funeral:
“Mi madre dejó establecido en su testamento que quería ser enterrada bajo el sol de Çukurova en Mersin”.
Hüseyin Dinçaslan añade que por “desgracia, debido al brote de COVDI-19, mi hermano y yo no podremos acompañar a nuestra madre en su último viaje. Es una situación muy dolorosa para nosotros, si vamos a Turquía tendríamos que pasar una cuarentena durante 14 días”.
La Asociación de Mujeres Socialistas Europeas ha transmitido sus condolencias en un mensaje escrito:
“Cuando tenía 17 años, conoció la cara fascista y torturadora del golpe militar del 12 de septiembre de 1980. Resistió 90 días bajo graves torturas e interrogatorios, sin decir una sola palabra sobre su partido y sus compañeros. Fue sometido a la ‘especial atención’ del célebre torturador Hanefi Avci. Tras el período de detención se vio obligada a refugiarse en Suiza debido a la presión a la que la sometían a ella y a su familia. En Suiza se convirtió en la delegada del Congreso Internacional Suizo que se ocupaba de los casos de desaparecidos por el estado”.