El 24 de julio de 2015 es una fecha importante en Kurdistán. Este día marca el final de las conversaciones sobre una solución a la cuestión kurda y el inicio de la implementación práctica del "plan de descomposición" del conflicto del gobierno turco del AKP. Este plan, conocido en turco como "Çöktürme Planı" - que significa "poner de rodillas" - fue elaborado en 2014, durante el proceso de diálogo entre Ankara y Abdullah Öcalan, y es un concepto militar y político de aniquilación por parte del Estado turco contra la población kurda.

Con la cancelación unilateral de las llamadas conversaciones de Imrali por parte del presidente Recep Tayyip Erdoğan, no sólo comenzó de nuevo la guerra total contra el Kurdistán y el movimiento de liberación kurdo, sino también una campaña política de destrucción sin precedentes contra la oposición democrática. El HDP y el DBP, así como sus predecesores y sucesores, partidos que siguen la tradición de su partido original HEP, estuvieron en el centro de estos ataques.

El Estado turco utilizó la política de fideicomisarios como un arma especialmente eficaz contra la oposición democrática. El método de destituir a los alcaldes electos, arrestarlos y reemplazarlos con síndicos designados por el Estado ya se había utilizado después del pseudogolpe de julio de 2016 para debilitar a la oposición democrática y, en última instancia, destruir el autogobierno local. Esta política de ocupación de la voluntad política de la población, que tradicionalmente va acompañada de detenciones y encarcelamientos de las bases, continuó después de las elecciones locales del 31 de marzo de 2019.

Este año, la maquinaria represiva de Erdoğan ha estado funcionando a toda velocidad contra las fuerzas democráticas del país. Así se desprende de un informe reciente presentado el lunes en Ankara por el Comité de Derecho y Derechos Humanos del Partido DEM (Partido Popular para la Igualdad y la Democracia).

El informe resume las violaciones de derechos cometidas contra miembros activos de los partidos de oposición bajo el paraguas del HDP desde 2015 y pinta un panorama claro. La extrema intensidad de las "operaciones antiterroristas", mientras Ankara declara sus acciones contra la política democrática, es particularmente sorprendente. Prácticamente todos los días se han producido redadas y detenciones, y la alianza AKP/MHP ha abolido de facto la separación de poderes.

Al menos 2.906 miembros de los partidos HDP, DBP, YSP y DEM fueron detenidos en 2023 (a 10 de diciembre), 319 de los cuales se encontraban en prisión preventiva. Según Nuray Özdoğan y Öztürk Türkdoğan, co-portavoces del Comité de Derechos Humanos del partido DEM, entre los detenidos se encontraban miembros, políticos locales a nivel de distrito y provincia, así como responsables de los consejos del partido y de los comités ejecutivos centrales. El número de detenciones registradas en las filas de la oposición democrática desde julio de 2015 ha aumentado hasta 22.818. Al menos 4.334 diputados, entre ellos varios alcaldes, parlamentarios y ex dirigentes de partidos, acabaron en prisión.

El número de co-presidentes de organizaciones distritales y provinciales detenidos sólo en los últimos ocho años asciende a 305. En el mismo período fueron encarcelados 24 diputados y 30 miembros de los consejos ejecutivos centrales del partido. Según el informe del DEM, siete ex parlamentarios y 14 miembros de los consejos ejecutivos del partido siguen tras las rejas, junto con 44 alcaldes derrocados. Durante el golpe contra la política local en 2016, el gobierno turco arrestó a 93 co-alcaldes y otros 43 fueron encarcelados en 2019.

También es dramático el número de agresiones físicas contra miembros y activistas de la oposición democrática. Según Türkdoğan, su partido estima que entre 2015 y 2023 se produjeron 336 ataques violentos. “Dos de nuestros miembros murieron y otros 76 resultaron heridos en estos ataques. Además, se han llevado a cabo varias agresiones con bombas contra el HDP y sus partidos hermanos. Se cobraron 142 vidas y resultaron heridas casi mil personas”, afirmó Türkdoğan.

El renombrado abogado, que también es vicepresidente del partido DEM, subrayó que el plan para destruir la sociedad kurda todavía está vigente. Parte de este plan era que los bastiones de la oposición democrática como Sur, la antigua ciudad de Amed (tr. Diyarbakır), o las ciudades de Nusaybin y Cizre, fueran arrasados ​​durante los toques de queda impuestos en 2015 y los meses siguientes al largo asedio militar. "A pesar del panorama sombrío de este balance, no nos dejaremos intimidar", enfatizó Nuray Özdoğan. Manifestó que la resistencia por los ideales de su partido; el pluralismo, la tolerancia, la igualdad absoluta de género, la descentralización, la democracia directa y participativa, la paz, los derechos civiles y la justicia social continuarán sin cesar.