Preso político kurdo en Alemania denuncia que el kurdo está prohibido de facto en la prisión

El político kurdo Mehmet Çakas, encarcelado en la prisión de Hannover, dijo que el kurdo está prohibido de facto en las prisiones alemanas.

Criminalización

Después de que Alemania rechazara la solicitud de asilo al político kurdo Mehmet Çakas, solicitó asilo político en Italia, sin embargo fue extraditado a Alemania en marzo de 2023 a petición del Estado alemán y encarcelado. Continúa el juicio de Çakas, que está siendo juzgado según la ley 129b.

El político kurdo Mehmet Çakas, que lleva un año encarcelado en Alemania por sus actividades políticas, afirmó: "Dondequiera que haya un kurdo que defienda su lengua, su identidad, su honor y sus valores nacionales, se le declara 'terrorista'".

En declaraciones al periódico Yeni Özgür Politika, Çakas afirmó que ni siquiera arrojó basura al suelo en Alemania, donde reside desde hace seis años, y dijo: "Como individuo kurdo que ha sido sometido a todas las formas de terrorismo de Estado durante 40 años, se me acusa de ser un terrorista en un llamado Estado democrático de derecho en el que no he violado ninguna ley. Esto es una admisión de complicidad en el apoyo al Estado turco, que revierte el crimen de genocidio con la manipulación de la figura de 'antiterrorismo'".

Çakas afirmó que tienen derecho a 4 horas de visitas familiares al mes y explicó que durante estas visitas está prohibido hablar kurdo: "Las reuniones se llevan a cabo bajo la supervisión de la policía y de los intérpretes. Aunque los intérpretes hablan en su mayoría kurdo, otros hablan un tercer idioma, además del alemán y el turco, que están permitidos. Por lo tanto, el kurdo está prohibido de facto".

El político kurdo comentó que no estaba realmente interesado en la sentencia, sino que se centró en el terror de Estado al que fueron sometidos los kurdos como pueblo durante todo el juicio: "Durante el juicio, el tema en el que más me centré fue en la etiqueta de 'terror' impuesta a nosotros los kurdos. Como dije en el tribunal, como individuo kurdo que ni siquiera tiraba basura al suelo en Alemania, donde he residido durante 6 años, ser acusado de "terrorista" por motivos triviales es el reflejo de un gran juego que se nos está jugando como pueblo. Lo insultante es que la etiqueta de "terrorismo", que se determina según intereses económicos y políticos y relaciones de alianza, nos coloca a los kurdos, cuya existencia misma está amenazada, en la posición de criminales colectivos. Afirman que no todos los kurdos son etiquetados como terroristas, pero dondequiera que haya un kurdo que defienda sus derechos idioma, identidad, dignidad y valores nacionales y se opone al genocidio, se le tacha de "terrorista". Como tal, resulta irrelevante si me llaman personalmente "terrorista" o no. Nosotros, los kurdos, las mayores víctimas en los últimos100 años, estamos luchando por demostrar que no somos terroristas cuando deberíamos exigirles que rindan cuentas".