El miércoles por la mañana, la policía griega irrumpió en el campamento de refugiados de Lavrio, cerca de Atenas, habitado principalmente por kurdos y kurdas, y desalojó el campamento. En cuanto se desalojó el campamento, numerosos manifestantes marcharon por Atenas condenando la cooperación del Estado griego con el fascismo turco.

Los activistas marcharon hasta la fachada del Parlamento bajo una masiva presencia policial. En sus discursos, activistas y refugiados criticaron la incursión en el campamento y dijeron que formaba parte de un acuerdo con la OTAN y Turquía. Los activistas gritaron consignas como "Viva la resistencia del pueblo kurdo".

Durante mucho tiempo, el gobierno turco dijo que el campamento, con sus aproximadamente 50 residentes, era un "campamento de entrenamiento terrorista" y un "refugio del PKK y otros grupos de izquierda" de Turquía y el Kurdistán Norte.

La represión, afirmaron los activistas, "parece formar parte de la política de apaciguamiento de la OTAN hacia Turquía, para suavizar su oposición a la entrada de Suecia en la OTAN y obtener resultados en la próxima cumbre de la OTAN que se celebrará en Vilna los días 11 y 12 de julio".

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