Ramadán en tiempos de coronavirus

Este será un Ramadán sin grandes reuniones en las cenas (iftar), sin oraciones nocturnas en la mezquita (tarawih), sin viajes a las ciudades sagradas del Islam y sin reuniones entre amigos hasta altas horas de la noche.

El mes de Ramadán comienza el 23 de abril de este año. Desde Arabia Saudita hasta Marruecos, pasando por Egipto, Líbano o Siria, los musulmanes en el Medio Oriente se están preparando para uno de los ramadán más inusuales de la historia.

"Estamos acostumbrados a ver la Gran Mezquita llena de gente día y noche, todo el tiempo. Es un sufrimiento profundo", confiesa Ali al Molla, en La Meca, a la AFP.

En las últimas semanas, en lugar de la multitud habitual de personas, un vacío sin precedentes ha rodeado la Kaaba de la Gran Mezquita.

Para contener la propagación del nuevo coronavirus, las autoridades sauditas suspendieron la umrah, la peregrinación a La Meca y Medina.

Y Arabia Saudita también está pensando en cancelar la gran peregrinación anual, el hajj, a fines de julio. Riad ha pedido a los musulmanes que suspendan sus planes de viaje a la ciudad sagrada del Islam.

Las autoridades religiosas de varios países han apoyado estas restricciones e insistido en la necesidad de rezar en casa para evitar las multitudes.

En Jerusalén, donde se encuentra la Mezquita Al-Aqsa, el tercer lugar sagrado del Islam, el Gran Mufti Mohammad Hussein anunció restricciones similares a la oración durante el Ramadán.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los países que "eviten que un gran número de personas se reúnan en lugares asociados con las actividades del Ramadán, como lugares de entretenimiento, mercados y tiendas".