Resistencia carcelaria llega al día 270

La resistencia carcelaria contra las destructivas condiciones carcelarias y por el levantamiento del aislamiento del líder kurdo Abdullah Öcalan ha continuado durante 270 días.

Desde el 27 de noviembre de 2020, se lleva a cabo una huelga de hambre en las cárceles turcas para poner fin a las destructivas condiciones carcelarias y al aislamiento agravado impuesto al líder kurdo Abdullah Öcalan. La acción se realizó en turnos de cinco días hasta el 14 de julio. Desde entonces, la protesta se ha hecho con intervalos de 15 días. También se ha llevado a cabo una huelga de hambre solidaria en el campamento de refugiados de Maxmur en el sur de Kurdistán (norte de Irak) desde el 18 de diciembre de 2020, y en el de Lavrio cerca de Atenas durante 232 días.

Las condiciones en las cárceles turcas se han deteriorado enormemente bajo el pretexto de la pandemia de coronavirus. Si bien decenas de miles de prisioneros fascistas y criminales violentos han sido liberados como parte de una reforma penitenciaria, los presos políticos están sujetos a un régimen de aislamiento. Las celdas carecen de todo, desde materiales de higiene hasta suficiente agua para la limpieza. La visita es casi imposible. El tratamiento de los presos enfermos implica aislamiento y agresiones. Teniendo en cuenta la pandemia, las condiciones carcelarias pueden considerarse potencialmente mortales.

El aislamiento del líder kurdo Abdullah Öcalan también se ha reforzado. Las visitas de abogados y familiares son imposibles, al igual que el contacto por carta o por teléfono. Los prisioneros exigen que la situación cambie y que se le permita a Öcalan desempeñar su papel por la paz y la libertad en Kurdistán.