RiseUp4Rojava insta a organizarse contra los ataques fascistas turcos

RiseUp4Rojava evalúa la situación actual en Kurdistán en el aniversario del 15 de agosto de 1984.

RiseUp4Rojava evalúa la situación actual en Kurdistán dada la ola de ataques de la maquinaria de guerra especial psicológica, librada en las redes sociales y en los medios de comunicación contra la revolución en Rojava y el norte de Siria, y el combativo movimiento por la liberación del Kurdistán.

¿Cuál es la situación en Heftanîn en este momento, cuál es la situación de la operación del ejército turco contra las Zonas de Defensa de Medya liberadas, y cuál es la situación de la resistencia? ¿Qué tipo de planificación de las fuerzas imperialistas internacionales y regionales contra las zonas liberadas del nordeste de Siria está surgiendo, y cómo encajan en ella los acontecimientos en Deir ez-Zor y el tan especulado acuerdo petrolífero de la Autoadministración Autónoma del Norte y el Este de Siria, entre otros?

Estas son las cuestiones de RiseUp4Rojava.

En su comunicado dice: “Durante meses, ha habido un solo ‘tema principal’, que domina el debate público mundial: la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el mundo en el que vivimos no se ha paralizado, y menos aún se han paralizado los planes y los conceptos de los imperialistas y las políticas de ocupación y explotación del fascismo turco: el envío de decenas de miles de mercenarios de Siria a Libia, los esfuerzos de soberanía imperialista en el Mediterráneo, la influencia activa en los conflictos de Yemen y muchos otros países. Todos los días se producen ataques contra la población y cada aliento de contrarreforma en Turquía y el Kurdistán del Norte; todos los días se bombardean las montañas y las aldeas del Kurdistán del Sur (norte de Irak); todos los días se envían decenas y decenas de aviones teledirigidos para vigilar la región, congelar el movimiento de la resistencia y atacar cuando se presenta la oportunidad. Día tras día, toda la maquinaria propagandística del Estado turco y sus secuaces se pone en marcha con un único objetivo: desbaratar la resistencia, quebrar la voluntad de los pueblos en lucha. El servicio secreto del Estado turco (MIT) ha creado un ejército de informantes en el territorio de Turquía, en la región y a nivel internacional, con los que se lleva a cabo cualquier tipo de recopilación de información, guerra psicológica, presión y provocación, hasta la distribución selectiva de narcóticos dentro de la sociedad y operaciones de liquidación directa. No importa si se trata de una ciudad o un pueblo, una montaña o una llanura, militar o, si lo desean, civil; no importa dónde, es un objetivo potencial del ejército turco de la OTAN”.

La declaración añade: “En todos los niveles –político, militar, económico, social y mediático, tanto regional como internacional– la revolución es atacada por las fuerzas dominantes y se intenta por todos los medios aislar, marginar, criminalizar el movimiento y privarlo del apoyo y de la participación de los pueblos. Para los grandes Estados imperialistas y sus alianzas estratégicas, especialmente los Estados Unidos y la OTAN, es evidente que una revolución democrática, liberal y anticapitalista en Oriente Medio no puede ser victoriosa y que un ejército de la OTAN en el siglo XXI no puede, bajo ninguna circunstancia, perder en la guerra contra un ejército popular y un movimiento guerrillero. Son conscientes de la importancia geopolítica e histórica de esa posibilidad en un lugar como el Kurdistán y una región como Oriente Medio, y del impacto explosivo que esa realidad podría tener en todas las demás partes del mundo. Asimismo, el Estado ocupante turco y su gobierno fascista del AKP-MHP también son conscientes de que perderán todo derecho a existir con la revolución. Tanto históricamente como en la actualidad, la cuestión kurda es, por lo tanto, para el Estado turco fascista una cuestión de ser o no ser. Tampoco es una cuestión que sólo concierne a Rojava o que sólo concierne a las montañas; es tanto una cuestión que concierne a todas las partes del Kurdistán y sus respectivos Estados ocupantes, como una cuestión que tiene un significado histórico mundial y un potencial igual de grande”.

Según la declaración “se está haciendo evidente que la próxima escalada es inminente. En coordinación conjunta, los servicios secretos sirios y turcos están tratando de crear el caos en las zonas liberadas, utilizando diversos medios para poner a la población en las calles contra la Administración Autónoma. Esto se hizo particularmente evidente en Deir ez-Zor la semana pasada. En esta zona, en la que muchas células durmientes del ISIS están ya activas en todas partes, personalidades influyentes detrás del proyecto de la nación democrática están siendo deliberadamente asesinadas por los servicios secretos mencionados, creando problemas entre las diversas tribus, las SDF y la Administración Autónoma”.

La declaración continúa: “El acuerdo sobre el petróleo, firmado recientemente por la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria, se está aprovechando también como ocasión para difundir diversas actividades antipopulares y generar así antipatía a nivel local e internacional. Es evidente que el proyecto de Rojava no tiene realmente ninguna alternativa. Porque si no quiere perder su autonomía e independencia política y quiere poder contrarrestar la crisis económica, el embargo y la guerra, es comprensible que necesite salidas como ésta. Uno de los principios básicos de la Federación del Norte de Siria es que todos los recursos de este país pertenecen a todos los pueblos de Siria, y es en este contexto que se ha concertado un acuerdo con una producción limitada y por un tiempo limitado con una empresa estadounidense. Esto es también, por cierto, una consecuencia directa de la negativa del Estado sirio, durante años, a sentarse a la mesa para construir juntos una nueva Siria. Sin embargo, el Estado sirio sigue teniendo una sola perspectiva, y es volver a hacer todo exactamente como antes. En vista de que el país se ha desangrado prácticamente hasta la muerte, esto es poco realista. Se podría pensar que después de tanta guerra, sufrimiento y derramamiento de sangre, incluso un gobierno como el del régimen baazista debería pensar en cambiar las cosas, pero no; insisten, al igual que el Estado turco, en su ideología: un Estado, una nación, un idioma, etc. No hay lugar para la democracia, la diversidad y la autonomía”.

Como parte de su guerra especial y preparación para una mayor escalada, la declaración subraya que “Turquía ha cortado todos los suministros de agua natural en la región. El Éufrates en Siria está a punto de secarse, y el Tigris en Irak también está perdiendo gradualmente su caudal. La principal fuente de abastecimiento de agua de la región de Heseke se encuentra en la aldea de Alok, al este de Serekaniye, y está en manos de los matones fascistas. En este contexto, quizás deberíamos preguntarnos una vez más quién está realmente explotando los recursos naturales aquí y privándolos de su verdadero dueño, es decir, el pueblo y la naturaleza”.

La declaración termina diciendo que “a la luz de la pandemia del coronavirus y de un ataque global relacionado con ella contra la existencia de la sociedad, es decir, contra la propia existencia humana, y a la luz de la creciente agresión del fascismo turco en el Kurdistán y en toda la región de Oriente Medio, es necesario organizar la resistencia de forma conjunta, mano a mano, en el sentido de un frente internacional antifascista, antiimperialista y anticapitalista, y prepararse para el próximo ataque a Rojava. El fascismo turco, y esto es obvio, no se detendrá en Libia o en el Mediterráneo, sino que se acabará en Rojava, en las montañas del Kurdistán y con el levantamiento en la metrópolis”.