Los miembros de las juntas directivas de las asociaciones médicas de Urfa y Diyarbakır han visitado hoy la vigilia de Emine Şenyaşar y han expresado su máxima solidaridad con la anciana. Por lo que ya es el 33º día consecutivo, la mujer de 70 años, junto con su hijo Ferit Şenyaşar, ha estado protestando con una sentada frente al tribunal de Urfa, exigiendo justicia para los miembros de su familia asesinados en junio de 2018 por guardaespaldas y familiares del diputado del AKP Ibrahim Halil Yıldız: su marido Hacı Esvet y sus dos hijos Celal y Adil Şenyaşar. Hasta ahora, sólo uno de los agresores ha sido condenado por el triple asesinato, aunque a una pena simbólica de 18 años. En cambio, un tercer hijo de Emine Şenyaşar se enfrenta a casi 38 años de prisión por matar a un atacante, aunque se ha demostrado que no disparó al hombre.
Acoso policial en la vigilia
A la visita solidaria frente al juzgado asistió también Gökhan Dayık, uno de los abogados de la familia Şenyaşar. El abogado recordó una conversación con el antiguo fiscal jefe de Urfa, que inicialmente se encargó del caso: "Durante esta conversación, el fiscal expresó que estaba siendo sometido a presiones políticas. Poco después, fue apartado del caso".
Las autoridades judiciales turcas no muestran ningún interés en resolver completamente los asesinatos. Más bien, se intenta encubrir lo ocurrido el 14 de junio de 2018 y buscar la responsabilidad de las víctimas. Incluso durante la protesta desesperada de Emine Şenyaşar, se producen repetidos ataques y acoso por parte de la policía. Varias veces, la mujer kurda de 70 años ha sido detenida y llevada esposada.