Irak está presenciando la ola de protestas más importante de su historia reciente. El Ministerio de Educación pidiendo la reanudación de la educación solo ha dado lugar a reacciones crecientes.

La educación ha sido interrumpida en muchas ciudades del sur del país durante un mes después de que estallaran las protestas el 1 de octubre, y que más de 350 personas perdieron la vida.

Hasta el momento no se ha dado ningún paso concreto para responder a la demanda de los manifestantes de una reconstrucción del sistema político en el país. La gente acusa a la clase dominante de estar corrompida y de servir a los intereses del vecino Irán.

En la ciudad de Nasiriyah, tres manifestantes fueron asesinados por las fuerzas de seguridad el domingo por la mañana. Todas las escuelas de la ciudad están cerradas, como la mayoría de las instituciones administrativas. Una escena similar también se observa en Hilla, Diwaniyah, Najaf, Kur, Amara y Basora.

En Nasiriya, los manifestantes ocuparon los cinco puentes sobre el río Eufrates que fluyen a través de la ciudad y bloquearon el acceso a una compañía petrolera pública y un campo petrolero.

En la ciudad petrolera de Basora, rica en petróleo, tres manifestantes fueron asesinados y las carreteras principales se cerraron.

La ciudad santa chiíta de Karbala también ha sido testigo de enfrentamientos.

Los manifestantes también exigen más oportunidades de empleo para los jóvenes. Uno de cada cuatro jóvenes está desempleado y el 20 por ciento de la población está por debajo del umbral de pobreza.