El co-presidente de la Plataforma Socialista de los Oprimidos (ESP), Şahin Tümüklü, acostumbra a comparar la bancarrota del gobierno de Sri Lanka con el opresivo Estado turco, que intenta resolver los problemas del país presionando a la población. Subrayando que Sri Lanka es un país colonial al igual que Turquía, Tümüklü dijo a ANF que muchos de los pueblos de este país colonial están en rebelión. En este sentido, subrayó la necesidad de organizar este levantamiento popular contra la pobreza, el desempleo y la explotación, y recordó la victoria de la Revolución de Rojava.
“No hay salida si seguimos en este sistema”
Tümüklü dijo que no es posible librarse del capitalismo permaneciendo en él, y añadió: “A menos que el capitalismo pueda gestionar su propia crisis, la crisis se profundiza. El mundo está atravesando una crisis. Aunque hay varios umbrales en varios períodos para superarla, ésta se ha vuelto inmanejable, especialmente cuando se combinan la pandemia de Covid-19 experimentada en los últimos tres años con el inicio de diferentes procesos. Cuando se combinan la guerra entre Rusia y Ucrania y los problemas de Oriente Medio, podemos ver mejor un estancamiento que profundiza esta crisis económica actual y allana el camino para nuevas crisis. El capitalismo está luchando por ampliar sus mercados para resolver su propia crisis, profundizada por la guerra entre Ucrania y Rusia. El estilo burgués de la política ya no tiene la posibilidad de gobernar la crisis, no tiene ni la capacidad ni la calidad para hacerlo.
Los pueblos del mundo no ocupan el mismo lugar en el capitalismo. En el mercado desigual de ingresos del capitalismo, las crisis se viven con mayor intensidad en diferentes partes del mundo. Millones de personas se desplazan en busca de una vida mejor. En gran parte del mundo, el desempleo es galopante. Naturalmente, la crisis creada por el hambre, la pobreza, el desempleo y la guerra no terminará nunca, y puede verse mejor en un terreno donde el sistema anárquico de producción y competencia del capitalismo y su esfuerzo por apoderarse de los mercados son más evidentes. No hay salida cuando se está dentro del capitalismo, porque el capitalismo es un sistema que sirve a sus gobernantes. Toda la producción, el consumo, la circulación y la política están al servicio de la burguesía y sus parásitos”.
Subrayando que el estilo de gobierno del Estado turco es similar al de otros países en los que se iniciaron levantamientos populares, Tümüklü dijo: “Sri Lanka y Turquía tienen posiciones similares en las relaciones de soberanía. Ambos son Estados coloniales. En un lugar donde el capitalismo se ha profundizado tanto, se experimentan problemas de suministro de energía y alimentos y la inflación es muy alta, los países dependientes o coloniales no tienen ninguna posibilidad de darse la vuelta. Hoy, en muchas partes del mundo, hay rebeliones en las colonias. Hay una realidad mundial en la que los trabajadores y trabajadoras, los y las pobres, los desempleados y las desempleadas, y los refugiados y las refugugiadas se desplazan por todas partes. Miren a Sri Lanka, Argentina, Chile, Albania, Macedonia”.
“El pueblo puede triunfar”
Tümüklü continuó de la siguiente manera: “Turquía aplica una política colonial en la cuestión kurda. La política de seguridad de Sri Lanka se centra en la represión de la guerrilla tamil. Naturalmente, gastan sus grandes recursos en la guerra. De nuevo, las formas de administración del Estado son muy similares. Ambos países utilizan métodos criminales. Hay bandas afiliadas a la presidencia en Sri Lanka, al igual que hay bandas afiliadas al AKP en Turquía. En este sentido, también en Turquía es posible que estalle una crisis en cualquier momento. Pienso en una revuelta como la del Parque Gezi o la de Kobane, porque no hay posibilidad de superar la crisis tal y como está. No hay salida con la propia forma de organización del capitalismo y este orden del capital. Una salida sólo es posible con el levantamiento popular y su desarrollo en una línea revolucionaria”.
En uno de sus artículos, la ex co-presidenta del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Figen Yüksekdağ, afirmó: “El periodo que estamos atravesando se refiere a un periodo de tiempo en el que se entremezclan las posibilidades y los riesgos, y dependiendo de quién se sitúe y de cómo intervenga, prevalecerá la posibilidad o el riesgo”.
Recordando estas palabras, Tumuklu agregó: “Los riesgos enunciados por Figen Yüksekdağ son claros: el ascenso del fascismo, el aumento de las guerras y la aceleración de la destrucción del mundo por el capitalismo. Este escenario ofrece una oportunidad en la que la esperanza y la resistencia residen en los levantamientos populares.
Nada es imposible. Es una cuestión de 'existencia o ausencia' de una lucha organizada y unida que convierta la ira del pueblo en rebelión en un terreno donde hay tanta hambre, pobreza y miseria. A excepción de la Revolución de Rojava, casi todos los levantamientos recientes se han desvanecido porque carecían de un liderazgo revolucionario unificado. En este sentido, hay una necesidad real de una dirección revolucionaria en Turquía que permita que se produzca un levantamiento similar al de Gezi y Kobane y amplíe estas contradicciones. Nosotros y nosotras, los trabajadores y trabajadoras y los y las que defendemos a los oprimidos y a las oprimidas, somos responsables de organizar la ira del pueblo. En Turquía, esto no es una posibilidad muy lejana”.