En el Mediterráneo oriental, el buque turco de investigación de gas natural "Oruç Reis", acompañado de cinco fragatas del ejército turco, navega en aguas territoriales griegas. La semana pasada, uno de los buques de guerra había embestido una fragata griega. Afortunadamente, no había ocurrido ninguna catástrofe. Bajo amenazas de sanciones, la UE había exigido que Turquía pusiera fin a su despliegue en el Mediterráneo oriental.

En lugar de reaccionar a las amenazas, el gobierno turco está extendiendo el despliegue del "Oruç Reis" hasta el 27 de agosto. Se suponía que el barco solo permanecería en la región hasta el 23 de agosto. Pero Turquía cuenta con una escalada en el Mediterráneo oriental y no está dispuesto a ceder. Esto es sobre todo una señal hacia el interior para distraer a la sociedad turca de la situación catastrófica y unirla con el ruido de sables del Gran Otomano. Sigue siendo cuestionable si la UE reaccionará.

Finta de propaganda en el Mar Negro

Las "buenas noticias" de los campos de gas recién descubiertos en el Mar Negro también resultaron ser más un chiste de propaganda. Los campos son solo una fracción del tamaño anunciado por el gobierno del AKP. Erdogan había declarado: "El Dios nos ha abierto una puerta de riqueza sin precedentes" y vendió campos que ya se conocían en 2004 como "nuevos descubrimientos". Los analistas ven este anuncio de Erdogan como un intento de finalmente impulsar su controvertido proyecto a gran escala "Canal de Estambul", que ahora es necesario para el tráfico de los petroleros.

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