Han pasado 86 años del comienzo del genocidio de Dersim y, sin embargo, Turquía no está dispuesto a reconocerlo como tantos otros genocidios kurdos. Los responsables de la muerte de miles de personas nunca han sido juzgados ni han salido a la luz. Las familias destrozadas nunca han podido descubrir su pasado.

Miles de personas siguen sin recibir noticias de sus familiares, amigos y amigas cercanos. Se desconoce el paradero de quienes en aquel momento eran niños y niñas kurdos que fueron secuestrados por el gobierno turco. Muchos otros países del mundo que han tenido una experiencia similar y han cometido un genocidio contra su pueblo han reconocido la injusticia y el dolor que han causado, y han pedido perdón.

Sin embargo, Turquía sigue resistiéndose a disculpase y recurre a la estrategia de que dicho genocidio “nunca existió”, igual que hace con el genocidio armenio.

En respuesta a un incidente relativamente menor, hace 86 años comenzó una campaña militar contra Dersim. Fue como si el ejército hubiera estado esperando un motivo para castigar a las tribus de allí. Un día de marzo de 1937, se quemó un puente de madera estratégico y se cortaron las líneas telefónicas. Se sospechó de Seyit Riza y las tribus asociadas a él. El ejército turco pudo haber creído que aquello era el comienzo de la esperada rebelión. Una fuente turca menciona que, más o menos en la misma época, se produjo otro incidente menor en otro lugar del Kurdistán, sugiriéndose la coordinación de los nacionalistas kurdos de entonces.

Las primeras tropas enviadas para detener a los sospechosos fueron detenidas por miembros de la tribu armados. Los enfrentamientos no tardaron en intensificarse. Cuando las tribus siguieron negándose a entregar a sus líderes, se montó una gran campaña. Las operaciones militares para someter la región duraron todo el verano de 1937. En septiembre, Seyit Riza y sus colaboradores más cercanos se rindieron, pero en la primavera siguiente las operaciones se reanudaron con una fuerza aún mayor. Debieron ser de una violencia y brutalidad sin precedentes.

El número de personas masacradas osciló entre 12 mil, según las cifras oficiales, y entre 70 y 90 mil según los habitantes de Dersim. Además, más de 10 mil personas fueron exiliadas.

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