Nunca antes Turquía había cometido más crímenes de guerra que en 2022. La atención internacional sobre la guerra en Ucrania y sobre la amenaza regional de un nuevo ataque turco contra la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria no puede negar el hecho de que la operación “Claw Lock” de Turquía en el norte de Irak, en Kurdistán del Sur, ha provocado cientos de casos de crímenes de guerra, incluido el uso intensivo de armas químicas.
Sobre esto, el Comité contra el Uso de Armas Químicas en el Kurdistán del Sur ha publicado un nuevo informe titulado El uso de armas químicas por parte de Turquía en el Kurdistán del Sur continúa. ¿Por qué la OPAQ no actúa contra el uso de armas prohibidas?, en el que se pregunta sobre la inacción de la OPAQ, la Organización Para la Prohibición de las Armas Químicas encargada de la aplicación internacional de la Convención sobre Armas Químicas.
“Aunque la atención internacional y la cobertura mediática han contribuido a corroborar la implicación de Turquía en la muerte de decenas de civiles en el Kurdistán del Sur, al norte de Irak, las reiteradas acusaciones de los y las representantes kurdos sobre el uso de armas químicas por parte del ejército turco no han dado lugar todavía a las necesarias investigaciones de organizaciones e instituciones internacionales e intergubernamentales como la OPAQ.
Esta falta de actuación y de aclaración oficial de estas drásticas acusaciones ha permitido a Turquía no sólo continuar, sino incluso aumentar sus crímenes de guerra tras sus fuertes ataques contra el Kurdistán del Sur. Cuando se trata del uso de armas químicas, la comunidad internacional no debe dejar la menor duda de que se toman muy en serio estas acusaciones tan preocupantes. Por lo tanto, se necesita urgentemente una mayor cobertura mediática, visitas in situ de delegaciones e investigaciones oficiales para demostrar a Turquía que no puede seguir cometiendo crímenes de guerra con impunidad”, dice el nuevo informe del Comité contra el Uso de Armas Químicas en el Kurdistán del Sur.
El peligro del silencio y las concesiones internacionales
En un capítulo titulado “Peligro del silencio y las concesiones internacionales”, el informe dice: “En los últimos años, la comunidad internacional ha demostrado repetidamente que se preocupa mucho por cualquier acusación relativa al uso de armas químicas. En el caso de la guerra en Siria, que lleva más de 10 años, pero también en el curso de la más reciente guerra en Ucrania, las denuncias sobre el posible uso de armas químicas han dado lugar a una amplia atención de los medios de comunicación y a investigaciones internacionales. Lo mismo es necesario ahora con respecto a los ataques de Turquía en el Kurdistán del Sur. Es necesario que delegaciones compuestas por expertos y expertas en armas químicas visiten urgentemente las zonas afectadas y que se inicien investigaciones internacionales. Si la comunidad internacional sigue sin cumplir con su responsabilidad y no hace uso de su experiencia, por ejemplo, la de la OPAQ, permitirá que Turquía lleve a cabo aún más crímenes de guerra contra la población civil del Kurdistán del Sur y las fuerzas guerrilleras asentadas allí.
El reciente ataque de Turquía a la aldea de Perex, en la zona de Zaxo, en el sur del Kurdistán, en el que murieron nueve civiles y otros 23 resultaron heridos, demuestra claramente que Turquía se ha visto alentada por el silencio de la comunidad internacional y piensa que se le ha dado luz verde para cometer crímenes de guerra donde quiera que esté. El desafortunado resultado de este silencio será la complicidad en los crímenes de guerra de Turquía. En lugar de ceder a las presiones turcas, como ocurrió con la admisión de Finlandia y Suecia en la OTAN, la comunidad internacional tiene que tomarse en serio las acusaciones de uso de armas químicas, hacer que los expertos estudien el asunto y presionar a Turquía para que deje de cometer crímenes de guerra en el Kurdistán del Sur”.