En la provincia de Dersim (tr. Tunceli), se está formando resistencia contra la construcción prevista de una mina de piedra pómez y arena que abarcaría cuatro aldeas en los distritos de Hozat y Pertek. Según una decisión del gobernador turco del 28 de abril, no se requiere una evaluación de impacto ambiental (EIA) para el proyecto de la constructora "Arven Doğu Yapı" en una superficie de 2200 hectáreas, decisión que ha sido duramente criticada por la población local.
Los residentes de las aldeas afectadas de Bargini, Zeve, Orcan y Desiman, junto con la plataforma ambiental Hozat-Pertek-Sekasur, han presentado una demanda ante el tribunal administrativo de la provincia vecina de Erzincan. Advierten sobre las consecuencias ecológicas, económicas y culturales del proyecto. La población local está especialmente preocupada por la destrucción de una región considerada la memoria cultural de Dersim y que alberga varios lugares venerados como sagrados.
“Vivimos de la ganadería y la apicultura. La minería a cielo abierto está destruyendo nuestro sustento y nuestra historia”, declaró Hüseyin Baran, del pueblo de Bargini, a la agencia de noticias Mezopotamya (MA). Destacó la importancia espiritual de la región, destino de peregrinos religiosos y sede de un monumento conmemorativo a las víctimas del genocidio de 1937/38.
Kezban Kent, de Zeve, también se opone firmemente al proyecto: "Cuando comience la minería, perderemos no solo nuestro medio ambiente, sino también nuestro futuro". Las comunidades afectadas afirman no haber participado en el proceso de toma de decisiones y temen daños a largo plazo a la naturaleza y la pérdida de tierras agrícolas.
Songül Koyun, presidenta del Sultan Hıdır Cemevi (lugar de culto aleví), destacó la dimensión histórica de la resistencia: "Lo que no se pudo lograr por la fuerza en 1938, ahora se intenta mediante la destrucción de nuestro entorno natural". Anunció que las protestas continuarán hasta que el proyecto se detenga definitivamente.
El caso está a cargo del abogado Sinan Can, quien advierte que la minería planeada no solo pone en peligro el medio ambiente y los recursos hídricos, sino también el patrimonio cultural de Dersim: "Aquí existen sitios protegidos, lugares sagrados y ecosistemas únicos con numerosas especies endémicas. La mina a cielo abierto es más que un proyecto económico: representa una intervención deliberada en la memoria colectiva de la región".
El caso está actualmente pendiente ante el Tribunal Administrativo de Erzincan. Hasta que se tome una decisión, continuarán las protestas de los residentes locales y las organizaciones de la sociedad civil