A causa del coronavirus, el mundo del arte atraviesa momentos muy duros. Las salas de cine y de teatro están vacías, los ensayos y los rodajes se han pospuesto a fechas indefinidas. Conciertos, giras, exposiciones… todo ha quedado detenido.
En muchos campos de las artes prevalecen la recesión y la incertidumbre. Los que trabajan en este mundo están pensando qué hacer. Cuando el problema del coronavirus se sumó a las dificultades ya existentes en el mundo del arte, las cosas se complicaron. En un entorno de suyo evitado por el público, el distanciamiento físico corre el riesgo de profundizarse aún más.
Aunque la televisión e Internet juegan cierto papel en tanto que proporcionan una “nueva etapa”, están lejos de dar el mismo “sabor” que la vieja y sus posibilidades pueden ser utilizadas sólo de forma limitada. No todo el mundo puede mostrar la misma creatividad. No todo el mundo está organizado, y este trabajo exige habilidades técnicas y capacidad. Aquellos que comparten conciertos en línea, exposiciones, antiguas obras de teatro y películas, actuaciones en vivo, e incluso Şevbêrkler (traduzcamos esto como conciertos nocturnos) y nuevos videoclips de estilo estudio-casa, continúan su búsqueda.
El arte kurdo también toma su parte en tiempos de coronavirus.
Los rodajes y las proyecciones de películas se detuvieron. Los proyectos existentes se suspendieron. Las obras de teatro no pueden ser representadas en muchos lugares, especialmente en Rojava. En numerosas zonas, especialmente en el norte del Kurdistán, el toque de queda impuesto a causa del virus se añade a otras prohibiciones y toques de queda previos.
El 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, fue muy agrio en todas partes. Tuvimos que conformarnos con algunas declaraciones y artículos. El trabajo musical es un poco más afortunado en nuestro mundo artístico: hay tiempo para ensamblar los videoclips que fueron filmados con anterioridad. Decenas de artistas producen grabaciones colectivas y vídeos. Aunque sea para ganar dinero, no dejan a la gente sin arte. Con el espíritu de la solidaridad y de la unidad, conocer el arte de otros pueblos y promover el nuestro es un trabajo importante.
¿Qué podemos hacer?
Es muy importante usar el mundo visual y digital de forma efectiva, absteniéndose de la dimensión turca de los paparazzi de los medios privados. En este momento, hay una oportunidad de ver teatro y cine kurdo. Podemos ver obras y películas antiguas en Internet. Sería bueno abrir los archivos existentes al mundo. Por supuesto, salir al balcón o a la ventana para cantar es algo agradable, y esta nueva forma de actuar –arte en la casa y en el balcón– se agrega al arte callejero existente.
En mi opinión, esta situación debería facilitarnos un buen periodo de autocuestionamiento. Hay un buen entorno para revisarse e investigar. Podemos adentrarnos en nuevas producciones con grandes dosis de concentración, especialmente en el campo lingüístico.
Podemos mejorar nuestras relaciones de una manera más organizada y estructurada. Podemos actuar de forma más planificada para contrarrestar los problemas sociales. Podemos usar nuestros periódicos y televisores de manera más efectiva. Podemos incluso crear un periódico artístico en Internet. Podemos entregar nuestras actuaciones y experiencias a todo el mundo a través de los canales de Internet. También podemos ampliar nuestro trabajo académicamente. Podemos promover una nueva iniciativa sobre la lectura y la escritura. Audiolibros, obras de radio, clases de idiomas, lo que sea...
Al hacer todo esto, es deber de todo el mundo del arte ser más sensible a las cuestiones sociales e invitar a todos a asumir su responsabilidad en estos nuevos desarrollos.
Porque los artistas siempre han estado en una posición de resistencia. Seamos sensibles a cada problema y expresemos nuestra reacción ante ellos. Organicémonos, organicemos.
Somos responsables de todo. Desde el bombardeo del campamento de Makhmur hasta la campaña “familia gemela” promovida por el HDP, que tiene como objetivo apoyar a nuestra pobre gente; desde la resistencia en las prisiones hasta la resistencia en Rojava: la solidaridad con todo nuestro pueblo y la creación de un espíritu común es posible por medio del arte y de los artistas.
La demanda de libertad del mundo no es una carga para nuestras espaldas, sino para nuestro corazón...
Nota: Como Şanoya Çiya, comenzamos a compartir algunos vídeos de nuestras obras y trabajos abriendo un canal de YouTube llamado “şanogeh”.