Şîrîn Îbîş: "¡Resistiremos y ganaremos!"

La refugiada de Afrin Şîrîn Îbîş, señaló "Resistiremos, porque esta tierra nos pertenece".

Refugiados

Şîrîn Îbîş, residente de Afrín y desplazada dos veces debido a los ataques de las fuerzas apoyadas por Turquía, relató su desgarrador viaje y afirmó su inquebrantable esperanza en un futuro mejor. "Incluso en la incertidumbre, no perderemos la esperanza", dijo, y agregó: "Resistiremos y venceremos, porque esta tierra es nuestra".

El 29 de noviembre, el Ejército Nacional Sirio (SNA) del Estado turco lanzó un ataque contra Shehba. En respuesta, la Asamblea del cantón Afrín-Shehba decidió evacuar a las y los residentes para garantizar su seguridad. Una de las desplazadas, Şîrîn Îbîş, compartió su historia de pérdida y supervivencia con ANF.

De Afrín a Sheba

Îbîş, originaria de la aldea de Ramudê, en Afrín, describió las dificultades y el sufrimiento que trajo consigo la guerra. En 2018, apenas tres meses después de casarse, vivía en Karababa cuando los ataques del ejército turco a Afrín cambiaron su vida; “Todo se vino abajo cuando comenzaron los ataques”, señaló. “Tuvimos que huir debido al bombardeo de nuestro pueblo. Sin coche, mi marido y yo partimos en moto. Llegamos a Raco, pero la situación allí era igualmente desesperada. Los ataques aéreos comenzaron antes de que pudiéramos quedarnos ni un día, así que escapamos a Afrín. Pero allí, mi marido y yo nos separamos”.

Su familia vivía en Jinderes, pero también tuvo que huir. "Tenía un hermano y mi madre allí. Nos escapamos a Shehba con la ayuda de alguien que tenía un coche", señaló a ANF. En medio del caos, la mujer perdió el contacto con su marido y se fue a vivir con su familia. La ocupación de Afrín por Turquía y sus bandas devastó a su madre, que falleció poco después. "Mi madre no soportó la ocupación de Afrín; murió de pena", dijo.

Bajo amenaza en Tall Refaat

Durante siete años, Şîrîn Îbîş vivió en Tall Refaat como persona desplazada, soportando un peligro constante. "Los ataques nunca cesaron", explicó describiendo cómo un proyectil de mortero cayó recientemente cerca de su casa. "Hace unos días, estaba sola en casa con mi hijo pequeño. La metralla entró en la casa y temblé de miedo".

Los años de violencia y desplazamiento han dejado profundas heridas emocionales. Al reflexionar sobre su dolor, se preguntó: "¿Por qué a nosotros, los kurdos? ¿Por qué nos atacan? Dios nos creó como kurdos, pero quieren borrarnos".

A pesar de las dificultades, Îbîş sigue decidida a sobrevivir. "Ni siquiera sabemos adónde iremos, pero estamos intentando aguantar", afirma.

Al describir el agotador viaje de su familia, Îbîş dijo que caminaron hasta Fafîne con la esperanza de reunirse con sus familiares, pero se encontraron solos; "Teníamos niños pequeños con nosotros y estábamos en condiciones terribles. Finalmente, logramos llegar a Tabqa".

"¿Cómo estarán seguros nuestras mujeres y nuestros niños?"

Incluso después de llegar a Raqqa, Îbîş y su familia encontraron poco consuelo. “Ahora nos estamos quedando en un estadio”, dijo, detallando las inmensas dificultades e incertidumbres que enfrentan. “No sé qué nos va a pasar. Todo parece una pesadilla. Con cada día que pasa, el peso de nuestras pérdidas se hace más grande”.

Como propietaria de tierras en Afrín, lamentaba la pérdida de todo lo que su familia había construido; "Teníamos olivares, una casa, una vida. Ahora no tenemos nada. ¿Cómo podrán vivir con seguridad las mujeres y los niños en esas condiciones?".

Îbîş recuerda el caos que se produjo cuando comenzaron los ataques y describe cómo el sonido de los disparos los obligó a abandonar su casa. La decisión de evacuar Shehba para ponerse a salvo se tomó rápidamente. "Fuimos primero a Fafîne y luego al cruce de Ehdas. La gente huyó presa del pánico, sin saber lo que les esperaba".

"Apenas escapamos de la muerte"

Şîrîn Îbîş y su familia estuvieron a punto de morir. "Algunas personas buenas intentaron ayudarnos llevándonos en su coche, pero nos persiguieron grupos armados. Sus balas pasaban tan cerca que podíamos oírlas pasar silbando. Mi marido, mi hijo y yo nos subimos a una moto y apenas logramos escapar con vida".

Aunque la incertidumbre la consume, Îbîş se niega a dejarse vencer por la desesperación. "Vivir en este limbo nos está carcomiendo, pero nunca perderemos la esperanza", afirma con determinación. 

Con voz resuelta, concluyó: "Resistiremos y venceremos".