Ataque turco mata a dos niños en un pueblo de Ayn Issa

Alentado por el silencio y la inacción internacionales, el Estado turco continúa cometiendo descaradamente crímenes de guerra en el noreste de Siria.

Las fuerzas estatales turcas y los mercenarios yihadistas aliados están intensificando sus ataques genocidas contra el noreste de Siria, donde ya han invadido territorios en violación del derecho internacional.

Según informes desde el terreno, las fuerzas de ocupación atacaron el lunes la aldea de Mesture en el distrito de Ayn Issa.

El ataque con obuses se cobró la vida de dos niños, identificados como Elî El Eyaş, de 9 años, y Nadiya el Eyaş, de 10 años.

Desde el jueves pasado, el Estado turco lleva a cabo una llamada "ofensiva aeroterrestre" contra el territorio autónomo del noreste de Siria, justificando esta agresión con un ataque del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Ankara el 1 de octubre, cuando dos guerrilleros del PKK llevaron a cabo una acción de sacrificio frente al Ministerio del Interior turco en el barrio gubernamental altamente seguro.

El terrorismo aéreo turco, que Ankara justifica con el derecho a la autodefensa, tiene como objetivo específico la infraestructura vital de la población civil del norte y el este de Siria. Actualmente, más de dos millones de personas se encuentran privadas de servicios básicos y la infraestructura energética de Hesekê, Qamişlo y Amûdê ha quedado casi completamente destruida.

Los ataques contra la población civil o la infraestructura civil constituyen crímenes de guerra. La comunidad internacional ignora esta abierta violación del derecho internacional y deja que Ankara se salga con la suya en su guerra contra los kurdos sin consecuencias. No sólo en Siria, sino también en Irak, Turquía recibe luz verde permanente para cometer crímenes de guerra.

Ayn Issa está situada al sur de la zona de ocupación turca en el norte de Siria y tiene una importancia estratégica como vínculo entre las regiones autónomas del Éufrates con Kobanê en su centro y Jazira. Desde 2019, la ciudad ha estado en el punto de mira de Turquía y sus fuerzas islamistas como parte de una guerra de desgaste, con fases de alta intensidad que se alternan con fases de baja intensidad.

Decenas de pueblos de la región ya han sido destruidos y despoblados por la violencia militar turca. Una ofensiva aérea turca en noviembre pasado redujo gran parte de la infraestructura a escombros y cenizas.