Tres días después de que Estados Unidos retirara sus tropas del noreste de Siria, el 6 de octubre de 2019, el Estado turco lanzó una invasión con unidades mercenarias yihadistas en la región alrededor de Serêkaniyê (Ras al-Ain) y Girê Spî (Tal Abyad). Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) resistieron durante días con fuerzas terrestres al segundo mayor ejército de la OTAN. El 17 de octubre, se acordó un alto el fuego de cinco días entre Estados Unidos y Turquía. El 22 de octubre siguió un acuerdo de alto el fuego entre Rusia y el Estado turco. Según este acuerdo, se desplegaron unidades armadas del régimen sirio en la zona fronteriza. Sin embargo, los ataques turcos nunca han cesado, y ni Rusia ni el gobierno de Damasco han tomado nunca medidas convincentes para detener estos ataques.
Población civil desplazada
Actualmente, se han intensificado los ataques contra zonas residenciales del norte de Siria, llevados a cabo principalmente por mercenarios. Ain Issa, Til Temir y las aldeas al sur de Girê Spî, así como el trazado de la carretera internacional M4, son los objetivos principales. Ain Issa es estratégicamente importante como eje entre Raqqa, Manbij, Kobanê y Til Temir. La M4 conecta Alepo con Irak a través de Hesekê, Qamişlo y el paso fronterizo de Til Koçer (Al-Yarubiyah).
También son estratégicamente importantes las aldeas de Mialeq, en la M4, y Seyda, que está ligeramente elevada y proporciona el control de Ain Issa. Los pueblos de Mişerfe y Cehbel están situados al este de Ain Issa en la M4 hacia Til Temir. Si se ocupan estos pueblos, Ain Issa quedará rodeada. La ocupación de los pueblos al sur de Girê Spî significaría un asedio a Kobanê.
Los constantes ataques a las aldeas tienen como objetivo expulsar a la población civil y ampliar la zona de ocupación turca. Los que más sufren son los habitantes de la región. Sus casas son destruidas y las tierras agrícolas devastadas. La última culminación de estos continuos crímenes de guerra fue el ataque a la aldea de Safawiyê, en el que murieron Zêdan Xelef al-Isa (54) y sus hijos Ziyad (12), Hûda (9) y Mûne (7). Xîtem Hilal El Şehber, de 33 años, y su hija Sîdra, de un año, sobrevivieron gravemente heridos.
En los últimos dos años, otras decenas de civiles han muerto o resultado heridos por los ataques de las fuerzas de ocupación turca. La agricultura está en reposo y se ha iniciado un nuevo movimiento de refugiados.