Los habitantes de Hesekê llevan más de una semana sin agua debido a la ocupación turca y a los ataques de sus mercenarios a las redes eléctricas de la estación de agua de Alouk.
En declaraciones a ANHA, los habitantes de Hesekê señalaron que la ocupación turca agravó la escasez de agua, que es una de las principales fuentes de vida, con el aumento de la temperatura en verano.
En su reunión del 10 de julio de 2010, la ONU aprobó la decisión de que toda persona tiene derecho a recibir agua en el marco de los derechos humanos y que el agua es un derecho fundamental intocable. Sin embargo, el Estado turco sigue utilizando el agua como medio de presión contra la población de la región.
El agua como nueva arma
Los habitantes de Hesekê afirman que la ocupación turca y sus mercenarios utilizan el agua como arma contra ellos para matarlos de sed.
Yehya Hemê, copresidente de la Autoridad del Agua de Hesekê, dijo que el agua procedente de la estación de Alouk ha disminuido en un 50% debido a los ataques a las redes de cables.
Hablando del mecanismo de entrega de agua a los barrios, Hemê dijo: "Antes dábamos agua a todos los barrios de la ciudad a diario, pero ahora y cuando el agua no viene de la estación, el mecanismo ha cambiado y podemos suministrar agua a la mitad".
Los vecinos del barrio también subrayaron que los propietarios de los depósitos de agua privados se aprovechan de esta situación y les traen el agua a precios elevados. Muchos dijeron que no pueden permitirse comprar agua porque el precio de un barril de 5 litros oscila entre 7 mil y 8 mil liras sirias.
La Dirección de Aguas de Hesekê trabaja en coordinación con los municipios y las asambleas para poner en marcha el mecanismo de distribución de agua al barrio a través de las comunas vecinales para eliminar la escasez de agua.
Hemê dijo: "Nuestro objetivo es garantizar que todos tengan acceso al agua".