Como resultado de los ataques del Estado turco y sus aliados en diciembre de 2024, los residentes desplazados de Afrin se vieron obligados a abandonar sus hogares por segunda vez y reubicarse en Qamishlo. En un esfuerzo por hacer oír su voz ante la comunidad internacional, organizaron una marcha ayer jueves.

La multitud se reunió frente al Estadio de los Mártires del 12 de marzo y marchó hacia el edificio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Carta a la ONU

Una vez frente al edificio de la ONU, los residentes de Afrin leyeron una carta en la que exponían los crímenes cometidos por el Estado turco contra el pueblo de Afrin y Shehba. Dicha carta también fue enviada al Secretario General de la ONU.

La carta dice que se ha establecido un comité en nombre del pueblo de Afrin para apelar a las organizaciones internacionales para garantizar un retorno seguro y digno.

En la misma se expone que la ocupación de Afrin por parte del Estado turco en 2018, el desplazamiento forzado de la población local consecuente y sus intentos de alterar la estructura demográfica mediante el asentamiento de mercenarios y sus familias, representan un gran obstáculo para lograr una solución duradera en Siria.

La multitud pide a las organizaciones internacionales que asuman su responsabilidad y tomen medidas para garantizar el retorno seguro y protegido de la población de Afrin a sus tierras.