GUERRA POPULAR REVOLUCIONARIA
El Estado turco viene aplicando sistemáticamente una estrategia de ocupación destinada a destruir la Revolución de Rojava, gracias a la cual el pueblo kurdo ha logrado sus mayores conquistas históricas. En los últimos meses, la intensificación de los ataques contra Rojava revela que los planes de ocupación se han ampliado y profundizado. Estos ataques son llevados a cabo directamente por el ejército turco, así como por bandas paramilitares organizadas bajo el autodenominado Ejército Nacional Sirio (SNA), que opera bajo la dirección de Turquía.
En Rojava, el pueblo está resistiendo a estos ataques mediante una Guerra Popular Revolucionaria, guiada por el paradigma de «nación democrática» desarrollado por Abdullah Öcalan. La resistencia a gran escala en torno a la presa de Tishrin, Qereqozak y Manbij no es sólo una defensa militar, sino también un reflejo de la voluntad revolucionaria del pueblo kurdo. El Estado turco, en su intento de avanzar en sus planes de ocupación, está atacando infraestructuras críticas como la presa de Tishrin, con el objetivo de obligar a la población a someterse. Sin embargo, el pueblo kurdo está desafiando estos ataques mediante continuas acciones de vigilancia y resistencia masiva, haciendo ineficaces los esfuerzos de ocupación.
Este artículo examina la estrategia de ocupación del Estado turco en Rojava, los ataques llevados a cabo por el SNA y las estrategias de resistencia desarrolladas por el pueblo kurdo, analizadas desde la perspectiva de las cuatro partes del Kurdistán.
Turquía y su fuerza sustituta, el SNA
En lugar de declarar directamente la guerra a la lucha por la libertad del pueblo kurdo, el Estado turco lleva a cabo sus planes de ocupación mediante guerras por poderes. En este marco, el SNA, establecido en las regiones ocupadas de Siria, es esencialmente una fuerza paramilitar formada por bandas reclutadas del ISIS y Al-Nusra [el brazo sirio de Al-Qaeda], que operan directamente bajo la estructura de mando y control de Turquía.
Las principales funciones del SNA son las siguientes:
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Librar una guerra en nombre del Estado turco: en lugar de desplegar directamente su propio ejército, Turquía utiliza las bandas del SNA para llevar a cabo ataques y operaciones militares.
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Forzar a la población kurda a emigrar y alterar así la estructura demográfica de la región: el SNA aplica políticas de opresión, saqueos, masacres y desplazamientos forzosos contra la población kurda en las regiones ocupadas, con el objetivo de modificar el equilibrio demográfico.
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Revivir al ISIS: el SNA ha incorporado a sus filas a muchos antiguos combatientes del ISIS, lo que ha permitido a Turquía reactivar indirectamente al ISIS en la región.
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Dañar el sistema económico y de infraestructura de Rojava: lugares estratégicos como la presa de Tishrin no son solo objetivos militares, sino también fuentes críticas de vida para la población civil. Turquía, a través del SNA, busca sabotear estas infraestructuras vitales.
Con estas políticas, el Estado turco pretende destruir el sistema democrático, de gobierno autónomo y basado en la liberación de la mujer que el pueblo kurdo ha construido en Rojava. Sin embargo, el pueblo kurdo está contrarrestando esta estrategia de ocupación mediante la Guerra Popular Revolucionaria.
La presa de Tishrin y Qereqozax son los mayores símbolos de esta resistencia:
La presa de Tishrin no sólo es un centro crítico para Rojava, sino que también es esencial para el suministro general de electricidad y agua de Siria. Liberada de las bandas del ISIS en 2015, la presa ha estado protegida desde entonces por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF). Sin embargo, con sus ataques contra la presa de Tishrin, el Estado turco pretende sumir al pueblo kurdo en el hambre, la sed y la miseria.
Al atacar directamente la presa, Turquía pretende interrumpir su funcionamiento y dejarla inoperativa. El pueblo kurdo, a través de días de continuas acciones de vigilancia en la presa de Tishrin, ha demostrado que nunca permitirá que sea entregada al Estado turco. Aunque el Estado turco ha intentado ocupar la región utilizando bandas del SNA, estos ataques han sido bloqueados por las SDF y la resistencia masiva del pueblo. La resistencia en la presa de Tishrin y Qereqozak no es sólo un enfrentamiento militar; es un manifiesto de la lucha de Rojava por la libertad.
Guerra popular revolucionaria: la mayor expresión de patriotismo
Según los análisis de Abdullah Öcalan, el patriotismo no es una mera cuestión de amor, sino un esfuerzo consciente del pueblo por construir y defender su propio sistema. La Guerra Popular Revolucionaria que se desarrolla en Rojava es una encarnación directa de este principio.
La nueva fase de la resistencia se construye sobre los siguientes pilares:
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Defensa militar: bajo el liderazgo de las YPG, las YPJ y las SDF, se está estableciendo un frente de resistencia basado en la participación directa del pueblo en la guerra.
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Resistencia civil: las vigilias en la presa de Tishrin, junto con las acciones organizadas por los movimientos de mujeres y jóvenes contra la ocupación, garantizan que el pueblo haga valer directamente su voluntad.
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Perspectiva de nación democrática: Rojava no es sólo un proyecto para los kurdos y las kurdas, sino también un modelo social compartido por árabes, sirios y otras comunidades. Por esta razón, la Guerra Popular Revolucionaria no es sólo una resistencia kurda, sino una lucha más amplia por la libertad de todos los pueblos, que fomenta la unidad entre los diversos grupos étnicos y religiosos.
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Conexión con la campaña “Libertad para Abdullah Öcalan, una solución política a la cuestión kurda”: existe una clara conciencia de que la plena liberación del pueblo kurdo no puede lograrse sin poner fin al encarcelamiento físico de Abdullah Öcalan. Esta es una de las fuentes más poderosas de motivación para la lucha en Rojava.
La resistencia en Rojava está frustrando los planes de ocupación de Turquía
La estrategia de ocupación del Estado turco en Rojava no es sólo un asalto militar; es un plan integral destinado a desmantelar los logros del pueblo kurdo. Sin embargo, a través de la estrategia de la Guerra Popular Revolucionaria, el pueblo kurdo está contrarrestando con éxito estos intentos de ocupación y defendiendo su revolución.
Desde las personas que vigilan en la presa de Tishrin hasta los jóvenes que resisten los ataques de la ocupación en Manbij, el pueblo kurdo actúa con la conciencia de que esta guerra no solo se libra en el campo de batalla, sino en todos los aspectos de la vida. El patriotismo no consiste únicamente en defender la tierra, sino en mantener viva la revolución y construir el futuro.
A la luz de los análisis de Abdullah Öcalan, la lucha en Rojava no es sólo la lucha del pueblo kurdo, sino una lucha compartida por la libertad de todas las comunidades oprimidas. Esta resistencia está creciendo con una determinación lo suficientemente fuerte como para derrotar todos los planes de ocupación.