Damasco debe darse cuenta de que el único camino es el diálogo

Los grupos afiliados a Turquía, como el Ejército Nacional Sirio (ENS), que también forma parte de una coalición de grupos de la oposición siria liderados por HT), llevan atacando a las SDF desde diciembre de 2024.

En particular, los encarnizados combates a lo largo de la presa de Tishrin se han convertido en el centro de atención. La presa no funciona desde el 10 de diciembre, cuando resultó dañada durante los enfrentamientos, privando de agua y electricidad a más de 413.000 personas en las zonas de Manbij y Kobane, según el Foro de ONG’s del Noreste de Siria (NES), una coalición de organizaciones internacionales que operan en esta región. Bajo las órdenes directas de Turquía, el ENS está llevando a cabo estos ataques. Además, da instrucciones a sus fuerzas afiliadas para que bombardeen las zonas controladas por los kurdos en el norte de Siria. Turquía también está utilizando su peso diplomático para restringir cualquier representación significativa de los kurdos en la nueva configuración política. El ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, y el jefe de la Agencia Nacional de Inteligencia (MIT), İbrahim Kalın, mantuvieron reuniones clave en Damasco y Bagdad. Un elemento central de la estrategia de Ankara es impedir la integración de las FDS en el ejército sirio de cualquier forma, al tiempo que se asegura de que la Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (AADNES) deje de existir.

La AADNES ha abogado por un acuerdo político que aporte estabilidad a Siria, incluida la incorporación de su brazo militar, las FDS, a una estructura militar nacional unificada. Ankara se opone a este plan y, al parecer, ha pedido al nuevo gobierno provisional sirio dirigido por HTS que bloquee dicha integración, que considera un paso hacia la autonomía kurda. Las fuerzas proturcas en el norte de Siria quieren ejercer presión militar sobre las FDS para imponer la voluntad de los turcos. El ejército turco, mediante bombardeos de artillería y ataques aéreos contra objetivos de las FDS, apoya incondicionalmente a grupos como el ENS en el conflicto con las fuerzas de autodefensa. Los turcos también esperan una posible rebelión entre las tribus árabes y las facciones árabes dentro de las FDS. Lamentablemente, los nuevos responsables políticos de Damasco opinan que reforzar los lazos con los turcos es más importante que conseguir la adhesión de todos los grupos políticos sirios. Además, Damasco piensa que con la presión militar combinada del ENS y las fuerzas armadas turcas, las FDS entregarán sus armas y se disolverán. Pero esto es solo una mera ilusión. Las FDS son la principal fuerza en el noreste de Siria y cuentan con una formidable fuerza de combate y el apoyo de la población local. Incluso si las nuevas autoridades sirias consiguieran, de algún modo, capturar el territorio que actualmente está en manos de las FDS mediante una campaña militar conjunta con los turcos, tendrán que enfrentarse a una mortífera insurgencia kurda en el noreste del país y eso es lo último que necesita la desgastada Siria. Las FDS se han establecido como el principal socio de Occidente en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS). Si HTS puede acomodar a las FDS en el actual gobierno interino, esto daría un impulso diplomático al nuevo gobierno, especialmente entre los países occidentales, y podría funcionar como catalizador en la eliminación de las sanciones impuestas a Siria.

Hayat Tahrir Al-Sham y las fuerzas kurdas se han mantenido, en general, sin confrontarse durante el conflicto, excepto algunos enfrentamientos ocasionales. Por eso quedan pocas esperanzas de que las amenazas del gobierno sirio dirigido por Ahmad Al-Sharaa sean meras tácticas de negociación y no posiciones definitivas. Si las aguerridas fuerzas kurdas pueden integrarse en el ejército sirio, incluso como un bloque militar separado, sería una gran ventaja añadida para Damasco. El ejemplo cercano de la alineación de las fuerzas Peshmerga con el ejército iraquí es el mejor ejemplo de ello. Los dos mayores grupos de Siria deberían darse cuenta de que las negociaciones, aunque difíciles, son menos costosas que cualquier enfrentamiento militar. Un conflicto de este tipo sería gravoso para ambas partes y para los sirios y su futuro. Hasta que se alcance algún consenso sobre los principales puntos de desacuerdo, como la fusión de las FDS en el ejército sirio y su estatus, ambas partes pueden al menos acordar el mantenimiento del statu quo e iniciar la cooperación en cuestiones clave, como el reparto de recursos y la descentralización.

Las FDS han dado un paso adelante en esta dirección al adoptar ya medidas de fomento de la confianza, como izar la nueva bandera siria, enviar una delegación a Damasco para mantener conversaciones y restablecer el control sobre las “plazas de seguridad” anteriormente controladas por el régimen en Qamishlo y Hasakah. Ahora le toca corresponder al gobierno provisional sirio dirigido por HTS. Un importante gesto de buena voluntad que Damasco puede hacer, sería el anuncio de un alto el fuego en algunos frentes como la presa de Tishrin y el puente de Qaraqozak, donde las infraestructuras civiles están amenazadas debido a los intensos combates. Todas las partes principales de Siria deben asegurarse de que todos los asuntos pendientes se resuelvan solo mediante conversaciones y que los combates dejen de ser una opción. Siria es una sociedad multiétnica formada por árabes suníes, kurdos, asirios, armenios, turcomanos, alauíes y yazidíes. Todos ellos deben darse cuenta de que tienen que reconstruir Siria colectivamente para garantizar su bienestar.

FUENTE: Manish Rai /North Press Agency / Traducción: Rojava Azadi Madrid