Continúan los secuestros y las extorsiones de las fuerzas de ocupación turcas en Afrin

Continúan los secuestros y las extorsiones por rescates por parte de los mercenarios de las fuerzas de ocupación turcas en Afrin. Se denuncian de nuevo numerosos casos de secuestro.

En la zona ocupada de Afrin, en Rojava, siguen produciéndose a diario secuestros y extorsiones. El 27 de marzo, Rustem Elî (35 años), Emîr Cemal (25 años), Xelîl Emîr (27 años) y Behzad Osman (50 años), procedentes de la población de Dargirê en Afrin-Mabeta, fueron secuestrados por mercenarios del Ejército Nacional Sirio (ENS). Se dice que están retenidos en una prisión de Marate.

Otros cuatro civiles llamados Abdîn Şêxmûs Mûsa (52 años), Rifaî Elî Horo (41 años), Xelîl Mihemed Seydo (60 años) y Îbrahîm Tacedîn Îsmaîl (21 años) han sido secuestrados en los pueblos de Badina y Kokanê.

Torturas, extorsiones y ejecuciones extrajudiciales

El destino de las personas secuestradas no suele aclararse. Una y otra vez, las personas secuestradas son sometidas a tortura o son objeto de ejecuciones extrajudiciales. A menudo son liberados a cambio de un rescate, pero a veces son entregados a Turquía. Un caso conocido es el de Abdo Meimo (42 años). Meimo fue secuestrado por la milicia yihadista Ahrar al-Sharqiya en diciembre de 2020 y luego entregado a la llamada policía militar turca. Hace unos días fue liberado a cambio de un rescate de 2.500 dólares.

Otro ejemplo es el Şêxmus Qasim Mistefa, que fue secuestrado por los yihadistas de la milicia de Faylaq al-Sham a finales de febrero. El 6 de marzo de 2021, se pidió a la familia que fuera a recoger el cuerpo sin vida del hombre de 67 años de la “prisión central”. El cuerpo estaba cubierto de huellas de tortura.

7.457 secuestros y 3.500 desaparecidos desde el comienzo de la invasión

Según datos de la Organización de Derechos Humanos Afrin, al menos 7.457 personas han sido secuestradas desde el comienzo de la ocupación. Se desconoce el destino de más de 3.500 de ellas. Entre las víctimas de secuestro hay unas 1.000 mujeres, de las que 400 siguen “desaparecidas”.