Los habitantes de Afrin, cuyas tierras fueron ocupadas por el régimen invasor turco y que se vieron obligados a emigrar, están continuamente amenazados de muerte y secuestro.
Cuando comenzaron las operaciones asesinas, los habitantes de Afrin tuvieron que huir de sus hogares. Anteriormente, sólo los kurdos vivían en Afrin, pero últimamente se han trasladado allí extranjeros de Siria y de otras naciones. En el pasado, los kurdos constituían el 95% de la población de Afrin; hoy, solo el 20% son kurdos.
Ser kurdo en Afrin significa ser secuestrado, insultado, maldecido, golpeado y torturado. El Estado turco invasor, que sigue cometiendo atrocidades contra el pueblo de Afrin, desea convertir Afrin en una provincia turco-árabe exterminando a quienes se niegan a abandonar sus últimos territorios.
La migración del pueblo originario comenzó el 20 de enero de 2018, con un asalto llevado a cabo por las fuerzas turcas invasoras. Casi 300.000 residentes de Afrin se reubicaron en la región o en sus alrededores.
Fatima Weqas (65), una mujer de Afrin, reveló que el Estado turco invasor y sus mercenarios confiscaron sus posesiones en Afrin, y añadió: "Algunos de nuestros familiares se quedaron en Afrin. Afirman que, si se les da la oportunidad, les gustaría abandonar Afrin y que no tienen ningún deseo de vivir bajo la ocupación."
Fatima Weqas, describiendo el llamamiento de ENKS para su regreso como un "complot contra el pueblo de Afrin", enfatizó que no creen en tales afirmaciones y no regresarán sin una garantía internacional.
"Cuando regresemos, las bandas deben abandonar Afrin para que podamos vivir una vida segura y estable como antes. Nunca volveremos si no están presentes las YPG. Somos los dueños de la revolución y los mártires. Sin ellos, nuestro regreso es arriesgado", dijo Fatima Weqas.
Otro residente desplazado de Afrin, Rustem Henan (46), declaró que en Afrin continúan los secuestros, las torturas, los rescates y la confiscación de los bienes de la población.
Henan indicó que no volverían a Afrin aunque se les ofreciera una promesa porque no confían en el Estado turco invasor, y añadió: "Afrin no es su propiedad; Turquía es un invasor. Aunque nos ofrezcan una garantía, sus ataques contra nosotros continuarán ya que son hostiles a nosotros."
Rustem Henan declaró que no volverán mientras el Estado turco invasor esté en Afrin, y añadió: "Volveremos a casa cuando Afrin sea liberada por las YPG-YPJ."
Según Rustem Henan, sus familiares afirman que los invasores han transformado Afrin en una ciudad turca, y los extranjeros transportados desde varias secciones de Ghouta Oriental y Siria se han instalado en la región.