Esta mañana ha sido asesinado un refugiado de Irak en el campamento Hol, situado a 45 kilómetros al sudeste de Hesekê. Según los responsables del campamento, el asesinato habría sido cometido por mujeres del ISIS. El día anterior por la tarde fue asesinado otro refugiado iraquí de 27 años de edad.

El campamento alberga actualmente a unos 65.000 refugiados de más de 50 países, y entre ellos hay familias del ISIS que fueron capturadas por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) tras la caída del último bastión de la organización terrorista en marzo del año pasado en Hajin, cerca de Deir ez-Zor. Esto hace que el campamento Hol esté considerado como el campamento de refugiados más peligroso de todo el mundo.

Esta ciudad de tiendas de campaña fue erigida por ACNUR para refiguados iraquíes a principios de 1991, durante la Segunda Guerra del Golfo. Después, el campamento estuvo cerrado por un tiempo, y fue reabierto en 2003 con motivo de la guerra de Irak. Durante el pasado año y medio, ha sido utilizado para albergar, principalmente, a mujeres y niños que previamente vivían en zonas controladas por el ISIS. El mayor problema, sin embargo, es el hacinamiento. Las condiciones son catastróficas a causa de la falta de ayuda de la comunidad internacional, y la atención médica es miserable.

Los aproximadamente 25.000 ciudadanos sirios en el campamento serán liberados en virtud de una amnistía general. Esta amnistía la anunció la semana pasada en Raqqa Ilham Ehmed, presidente del Comité Ejecutivo del Consejo Democrático Sirio (MSD). La liberación de todos los sirios internos en el campamento, 17.000 de ellos menores y niños, reduciría por un lado la presión de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria y, por otro, satisfaría las demandas de las tribus locales, dijo Ehmed.

La mayor parte de los sirios internados en el campamento Hol son yihadistas del ISIS, pero también hay muchos desplazados internos. Por el momento, se alojan en el campamento 30.000 mujeres iraquíes, entre ellas 20.000 niños, y casi 10.000 extranjeros, entre ellos 7.000 niños. El gobierno central de Bagdad detuvo la repatriación de ciudadanos iraquíes prácticamente por completo hace un tiempo, y no hay respuesta a las solicitudes emitidas por el nordeste de Siria.