El descenso del nivel del agua aumenta el riesgo de enfermedades y contaminación
El Estado turco sigue cortando el suministro de agua del Éufrates y esto afecta negativamente a muchos ámbitos de la vida.
El Estado turco sigue cortando el suministro de agua del Éufrates y esto afecta negativamente a muchos ámbitos de la vida.
La decisión del Estado turco de cortar el suministro de agua del Éufrates y reducir el nivel de agua del río, aumenta los problemas en el norte y el este de Siria. La agricultura y las actividades relacionadas con ella se ven muy afectadas, al igual que la producción de energía. La salud de la población también corre un gran riesgo. Los expertos afirman que la reducción del agua provoca diversas enfermedades y casos de envenenamiento.
Con la llegada de la estación seca, el descenso del nivel del agua del Éufrates provocó una grave sequía en la región y las tierras agrícolas se secaron. Paralelamente, la población tiene dificultades para acceder al agua potable.
En la región es difícil acceder a agua potable y, por tanto, la gente corre el riesgo de contraer enfermedades contagiosas. Según los datos publicados por los hospitales de Kobanê y Emel, desde enero de este año se han registrado 230 casos de intoxicación por el agua.
Sin embargo, esta cifra sólo muestra el número de los que acudieron al hospital. Aunque los médicos afirman que hay muchas personas que no acuden a los hospitales, también llaman la atención sobre la magnitud del peligro. Si esta situación continúa, existe un riesgo real de que se produzca una nueva crisis humanitaria.
El Dr. Emar Mihemed, especialista en enfermedades internas, declaró a ANHA: "La disminución del agua ha afectado gravemente a la salud de los ciudadanos. El nivel reducido de agua se contamina más rápidamente. Contiene más bacterias. Esto provoca enfermedades internas. Los casos de infección y diarrea son frecuentes. Sin duda, los niños son los más afectados".
Advirtiendo que el peligro aumentará aún más si continúan las interrupciones, el Dr. Emar Mihemed hizo un llamamiento a las organizaciones internacionales de derechos humanos para que actúen.
Según un acuerdo firmado entre Turquía, Irak y Siria en 1987, el caudal de agua liberado debería ser de 500 metros cúbicos por segundo, mientras que el Estado turco ha reducido el caudal a menos de 200 metros cúbicos.