Las bandas del ISIS perpetraron una violenta masacre el 25 de junio de 2015 que acabó con la vida de 242 civiles. Han pasado cuatro años desde aquel traumático episodio, pero el dolor sigue tan vivo como si fuese el día después.
La dirigente del Comité de Educación de la Sociedad Democrática (KPC-D), Jiyan Berkel, fue una de los testigos de la masacre.
Jiyan solía enseñar kurdo en Aleppo, y llegó a la región de Cizire hace 4 años para asistir a un congreso del KPC-D. Tras el congreso, Jiyan se fue hasta Kobanê para emprender el viaje de regreso hacia Aleppo con sus amigos. Antes de partir decidió pasar un rato con su hermana. Una mañana se despertó por el estruendo provocado por los disparos, y como toda la ciudad, pensó que el ruido procedía de los combatientes de las YPG que estarían celebrando la liberación de Sirin que hasta ese momento estaba ocupada por el ISIS
Jiyan salió para unirse a las celebraciones, pero lo que ella no sabía es que los miembros del ISIS se habían disfrazado con uniformes de las YPG y se habían infiltrado en la ciudad. Alarmada, vio como las bandas del ISIS posicionaban a francotiradores en puntos estratégicos de la ciudad: “Las bandas del ISIS pudieron incluso entrar en las casas al ir disfrazados como YPG. Para poder diferenciarse de los miembros de las YPG de verdad se habían atado una tela de color al brazo. Nadie era consciente de lo que estaba pasando. Llamaban a las puertas y cuando se las abrían mataban a todos los miembros de la familia. Cuando la gente se empezó a dar cuenta, dejaron de abrir sus puertas, pero entonces las bandas del ISIS comenzaron a disparar desde los tejados”.
Los residentes comenzaron a dirigirse a lo que pensaban era un lugar seguro, el campamento en el que el pueblo de Kobanê se había quedado y la aldea de Til Siir. Jiyan trató de llegar al campamento también. Uno de sus familiares fue asesinado cuando escapaba hacia el campamento. Cuando llegó al campamento preguntó sobre la situación de sus amigos, pero no pudo averiguar nada. Preocupada, se dirigió al hospital militar, sonde pudo ver el cuerpo sin vida de su profesora y amiga Zozan Bilal.
Jiyan se dio cuenta de que había habido una masacre en el hospital, y como en el resto de la ciudad, los residentes actuaron con responsabilidad: “Toda la población resistió sin miedo, y cumpliendo con sus obligaciones. Llevaban a los heridos al hospital”.
Tras la masacre, Jiyan volvió a Aleppoy juró vengar a sus amigos. Cuando el estado turco y sus bandas yihadistas aliadas comenzaron a atacar el barrio de mayoría kurda en Aleppo, Shexmeqsud, en febrero de 2016, tomó la decisión de unirse inmediatamente a la resistencia armada junto al resto de combatientes. Jiyan pensó que su promesa de vengar a sus amigos fue cumplida con la victoria contra las bandas.
Jiyan concluye recordando aquella dolorosa experiencia: “Cuando echó la mirada atrás, no tengo palabras para describir el grado de violencia y ese ambiente”.