Según el comunicado del Pentágono, el jueves 23 de marzo se llevó a cabo un ataque con drones contra una base de mantenimiento cerca de Hesekê. Murió un contratista estadounidense y 5 soldados y un contratista resultaron heridos.
Los servicios de inteligencia estadounidenses afirmaron que el dron procedía de Irán.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, declaró en un comunicado que había autorizado a las fuerzas del Mando Central estadounidense a "llevar a cabo ataques aéreos de precisión en el este de Siria contra instalaciones utilizadas por grupos afiliados al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés)". Los ataques aéreos se llevaron a cabo en respuesta al ataque, así como a una serie de recientes ataques contra las fuerzas de la Coalición en Siria por parte de grupos afiliados al IRGC."
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que un depósito de armas en la ciudad de Deir ez-Zor fue blanco del ataque estadounidense. El Observatorio añadió que "6 combatientes proiraníes" murieron en este ataque, mientras que dos "combatientes" murieron en el desierto de Mayadin y cerca de Bukemal.