Turquía está librando una guerra de agresión asesina contra Rojava. Casi todos los días mueren combatientes y civiles. Más recientemente, 29 miembros de una unidad antidrogas murieron en un ataque a una academia de las Fuerzas de Seguridad Interna (Asayîş). En una entrevista con ANF, algunos de los familiares expresan sus sentimientos y perspectivas.
"Esta tierra está empapada de la sangre de los mártires"
Mihyedîn Hesen es padre de un mártir. Tras señalar que los ataques del Estado turco tienen como objetivo disolver la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), declaró: "La gente que está comprometida con la Administración Autónoma y participa a todos los niveles está siendo puesta a prueba por el hambre. Las obras hidráulicas, las centrales eléctricas, las instalaciones de almacenamiento de energía, lugares que son el sustento del pueblo y esenciales para la continuación de la vida, están siendo atacados. Nuestro enemigo asesina a niños, mujeres y ancianos sin vacilar. Los ataques pretenden ahuyentar a la gente. Nuestro pueblo se ha opuesto desde el principio a esta política de expulsión. Aunque sólo vivamos a pan y agua, no permitiremos que el enemigo triunfe con su política. Nuestro pueblo enarbola la bandera de la libertad. Este suelo está empapado con la sangre de los mártires y fue liberado a costa de innumerables sacrificios. Todos los logros se han conseguido gracias a los sacrificios de los mártires. No abandonaremos esta lucha ni entregaremos nuestro país al enemigo. Estamos unidos como un puño en la lucha contra el enemigo. Este no podrá golpearnos con hambre ni obligarnos a huir. A partir de ahora no retrocederemos ni un paso. Continuaremos nuestro camino llevando adelante el sueño de los mártires. Hagan lo que hagan, no abandonaremos este país a Erdoğan y sus mercenarios".
"Nunca permitiremos que nuestra dignidad sea pisoteada por el enemigo"
Manal Fahri, tía de dos mártires, advirtió contra el racismo monista del régimen del AKP/MHP y declaró: "El Estado turco aplica una política de genocidio contra los pueblos de la región. Persigue una actitud según la cual sólo puede haber una lengua, una identidad, una bandera y una nación. Pero el Estado turco debe comprender lo siguiente: no podrá ocupar ni una sola huella de nuestra tierra, no podrá apoderarse de ella. Si piensa que puede doblegar nuestra voluntad con ataques, intimidarnos y sembrar la discordia entre los pueblos, se equivoca. Cuanto más aumenten los ataques, más intensa será la lucha. Los pueblos de la región están comprometidos de todo corazón con la administración autónoma. Este vínculo sigue inquebrantable. Nunca permitiremos que el Estado turco pisotee nuestra dignidad".
"No nos desviaremos del camino de nuestros mártires"
Nêzîr Sofî, que perdió a su hermano en los últimos atentados, habló de la situación entre la gente, diciendo: "Aquí la gente está organizada. Nuestro pueblo ha librado una gran batalla en cada atentado. Lo más preciado y valioso para una madre y un padre es su hijo. Las madres y los padres de Rojava han enviado a sus hijos a las filas de la resistencia y les han enseñado que su deber básico es proteger su tierra y preservar su lengua y su identidad. Un pueblo así nunca dejará de resistir, no se doblegará y no retrocederá en la lucha. Estamos ante un pueblo que tiene la vista puesta firmemente en sus objetivos. Seguiremos por este camino hasta la victoria. Nunca renunciaremos a nuestra dignidad. No nos desviaremos del camino de nuestros mártires, porque su lucha es nuestra lucha".