Según un comunicado del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), desde comienzos de 2019 al menos 173 civiles, entre quienes se encuentran 41 niños, han muerto a causa de minas antipersona provenientes de la guerra.
Al menos 40 de estas víctimas murieron en explosiones mientras buscaban entre las ruinas.
Según las Naciones Unidas, 10’2 millones de hombres, mujeres y niños en Siria se encuentran bajo la amenaza de estos explosivos.
“Cada día mueren civiles o quedan discapacitados de por vida a causa de las minas antipersona y otros dispositivos que quedaron sin explotar”, ha declarado recientemente la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU.
Un portavoz de la ONU dijo en agosto en Damasco que los explosivos dificultan que la gente vuelva a sus hogares, removiendo escombros y reconstruyéndolos, además de impedir que sus tierras recuperen la seguridad.