Paulo Pinheiro, presidente de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Árabe Siria, habló de “la mayor escalada de hostilidades en Siria en cuatro años”.
"Parece haber un total desprecio por las vidas de los civiles en lo que a menudo son represalias de ojo por ojo", adviritó Pinheiro, y enfatizó que no puede haber justificación para atacar deliberadamente a civiles.
El funcionario de la ONU comentó sobre la última ola de ataques turcos contra áreas controladas por las SDF en el noreste de Siria “en aparente represalia por un ataque que hirió a dos miembros de las fuerzas de seguridad turcas en Ankara el 1 de octubre, destruyendo y dañando estaciones de energía y agua afectando a cientos de miles de civiles”.
La acción en cuestión tuvo como objetivo la Dirección General de Seguridad del Ministerio del Interior cerca del Parlamento en la capital, Ankara, el 1 de octubre. Fue llevada a cabo por un equipo afiliado a la Brigada de los Inmortales, según el Comando del Cuartel General del Centro de Defensa del Pueblo (HSM).
El Ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, celebró una conferencia de prensa el 4 de octubre afirmando que los atacantes procedían de Siria. Fidan prometió llevar a cabo ataques contra la región autónoma del norte y este de Siria y declaró como objetivo legítimo toda la infraestructura y el suministro de energía del "PKK/YPG en Irak y Siria". "Aconsejo a terceros que se mantengan alejados de las instalaciones y de la gente del PKK/YPG", afirmó el Ministro de Asuntos Exteriores turco.
El comandante general de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), Mazlum Abdi, negó las acusaciones turcas y declaró: "Los autores del atentado de Ankara no pasaron por nuestras regiones, como afirman las autoridades turcas. No somos parte en el conflicto civil de Turquía y no fomentamos la escalada de este conflicto. La búsqueda de excusas por parte de Turquía para legitimar sus continuos ataques contra nuestras regiones y lanzar una nueva ofensiva militar aumenta nuestra profunda preocupación. Atacar las infraestructuras y los recursos económicos de la región y sus ciudades pobladas es un crimen de guerra. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a las partes garantes y a la comunidad internacional para que adopten posiciones adecuadas contra estas amenazas recurrentes y garanticen la paz y la estabilidad en la región."
El Centro de Medios de las SDF también emitió un comunicado para rechazar "todas las acusaciones hechas por funcionarios turcos sobre el cruce de los autores del ataque a la capital turca, Ankara".
La declaración niega las “repetidas acusaciones falsas”, que, según dice, son “una continuación del ciclo de acusaciones falsas que Turquía siempre ha lanzado durante el período reciente para desviar la atención de sus problemas y crisis internos y allanar el camino para la crímenes de limpieza étnica y genocidio contra nuestro pueblo". Las SDF prometieron: "Nuestras fuerzas reiteran su firme compromiso de garantizar la seguridad interna y regional".
Pinheiro también habló sobre el ataque a una ceremonia de graduación en la Academia Militar de Homs que mató y hirió a decenas el 5 de octubre. Infomó que las represalias de las fuerzas sirias en sólo cuatro días de bombardeos terrestres sobre el gran Idlib provocaron la muerte y lesiones a unos doscientos civiles y afectaron instalaciones médicas, escuelas y mercados.
“La prolongada falta de respeto por las normas fundamentales del derecho internacional humanitario en Siria no sólo mata y mutila a víctimas de todos los bandos en Siria, sino que también ha socavado y erosionado la esencia misma del sistema de protección internacional y hoy estamos viendo los resultados en otros conflictos en curso”, denunció el funcionario de la ONU.
Pinheiro continuó: “Las manifestaciones en Suweyda nos recuerdan que los sirios no han renunciado a su libertad de reunirse pacíficamente y reclamar sus derechos. Todas las partes deben respetar las libertades de opinión, expresión y reunión del pueblo sirio y reconocer sus aspiraciones legítimas y sus derechos humanos. Esto es clave para poner fin al conflicto”.
Pinheiro hizo un llamado a la comunidad internacional y agregó: “Es fundamental que los derechos humanos y las demandas legítimas del pueblo sirio, incluidas las víctimas y los sobrevivientes, sean centrales en todos sus esfuerzos diplomáticos. Darles la espalda, o simplemente mantener el status quo, perpetúa en lugar de aliviar su miseria. La comunidad internacional puede y debe hacer mucho más”.