Mercenarios apoyados por Turquía secuestran a 9 civiles en Afrin
Los crímenes y violaciones continúan sin cesar en la ciudad ocupada de Afrin, donde el Estado turco ha establecido un régimen de terror.
Los crímenes y violaciones continúan sin cesar en la ciudad ocupada de Afrin, donde el Estado turco ha establecido un régimen de terror.
El 16 de julio, las bandas del ejército turco ocupante secuestraron a siete civiles en la aldea de Zerê, en el distrito de Bilbilê, en Afrin. Según los informes, uno de los civiles secuestrados fue identificado como Hesen Elî Elî (28), de la aldea de Eyn Hecer, mientras que las otras seis personas son de la ciudad de Alepo.
Los civiles secuestrados fueron llevados a la mazmorra bajo el control de los grupos de pandillas 'Sultan Suleyman Shah' y 'Al-Amshad' en la aldea de Ashka en el distrito de Jindirês y fueron sometidos a tortura.
Según la Organización de Derechos Humanos Siria-Afrin, una niña de 15 años llamada Esmehan Mihemed fue secuestrada por bandas de inteligencia turcas y de la “Policía Militar” en el barrio de Mehmûdiye de Afrin el 12 de julio.
Por otra parte, Mihemed Ehmed Mihemed Ebdo, de 42 años, de la aldea de Avaz en la ciudad de Mabeta, fue secuestrado por bandas apoyadas por Turquía el 7 de julio y se desconoce su destino.
Afrin está ocupada desde 2018
El cantón de Afrin era el más occidental de Rojava y del norte y este de Siria, donde vivían 200.000 personas de etnia kurda. Aunque la población era mayoritariamente kurda, allí vivían diversos grupos religiosos, entre ellos yazidíes, alauitas y cristianos, además de musulmanes sunitas.
El 20 de enero de 2018, Turquía lanzó ataques aéreos contra 100 localidades de Afrín, como inicio de una invasión que denominaron "Operación Rama de Olivo".
La Fuerza Aérea Turca bombardeó indiscriminadamente a civiles y posiciones de las YPG/YPJ, mientras que facciones y milicias organizadas bajo el paraguas del Ejército Nacional respaldado por Turquía llevaron a cabo un asalto terrestre.
El 15 de marzo, las milicias apoyadas por Turquía habían rodeado la ciudad de Afrín y la habían sometido a bombardeos de artillería. Un ataque aéreo turco alcanzó el único hospital en funcionamiento de la ciudad y mató a 16 civiles.
Los civiles huyeron y las SDF se retiraron, y el 18 de marzo Turquía ocupó de facto Afrin. Entre 400 y 500 civiles murieron en la invasión, en su gran mayoría como resultado de los bombardeos turcos. Otros civiles fueron ejecutados sumariamente en el terreno.
Antes de la invasión turca, Afrin había sido una de las zonas más pacíficas y seguras de Siria, y prácticamente nunca había entrado en combate durante la guerra civil, salvo en ocasiones en que se producían escaramuzas entre las YPG/YPJ y las fuerzas yihadistas en sus fronteras. Como resultado, Afrin ofrecía un refugio pacífico a más de 300.000 desplazados internos procedentes de otras partes de Siria.