Otro civil fue secuestrado en Afrin, ocupada por Turquía

El Estado turco y su ejército reclutado entre el ISIS y sus afiliados continúan cometiendo crímenes contra la humanidad en Afrin, que ocuparon en 2018.

Según ANHA, los grupos del Estado turco ocupante secuestraron ayer a un ciudadano llamado Ebdurehman Keirik (50) de la aldea de Bilîlka en el distrito de Rajo. El secuestró ocurrió mientras mientras el hombre visitaba la casa de su hijo, que también había sido secuestrado por agentes de la inteligencia turca y de la Policía Militar.

El 21 de febrero, grupos de la policía militar y de inteligencia del Estado turco ocupante secuestraron a Hemîd Keirik (25), hijo de Ebdurehman Keirik. Su esposa, Îlham Ebdurehman Silêman, también fue secuestrada el 20 de marzo de 2022 y nuevamente el 15 de mayo del mismo año y liberada tras un rescate de 400 dólares.

El cantón de Afrin era el más occidental de Rojava y del norte y este de Siria, hogar de 200.000 personas de etnia kurda. Aunque la población era abrumadoramente kurda, albergaba diversos grupos religiosos, incluidos yazidíes, alauitas y cristianos, además de musulmanes suníes.

El 20 de enero de 2018, Turquía lanzó ataques aéreos contra 100 lugares en Afrin, como inicio de una invasión que denominaron "Operación Rama de Olivo".

La Fuerza Aérea Turca bombardeó indiscriminadamente a civiles, así como a posiciones de las YPG/YPJ, mientras que facciones y milicias organizadas bajo el paraguas del Ejército Nacional respaldado por Turquía llevaron a cabo un asalto terrestre.

El 15 de marzo, las milicias respaldadas por Turquía habían rodeado la ciudad de Afrin y la habían sometido a bombardeos de artillería. Un ataque aéreo turco alcanzó el único hospital en funcionamiento de la ciudad y mató a 16 civiles.

Los civiles huyeron y las SDF se retiraron, y el 18 de marzo Turquía ocupaba Afrin de facto. Entre 400 y 500 civiles murieron en la invasión, en su abrumadora mayoría como resultado de los bombardeos turcos. Otros civiles fueron ejecutados sumariamente en el campo.

Antes de la invasión turca, Afrin había sido una de las zonas más pacíficas y seguras de Siria, y prácticamente nunca había visto combates durante la guerra civil, salvo escaramuzas ocasionales entre las YPG/YPJ y las fuerzas yihadistas en sus fronteras. Como resultado, Afrin ofreció refugio pacífico a más de 300.000 desplazados internos de otras partes de Siria.