Los ataques israelíes contra el Líbano han provocado que la población siga huyendo hacia Siria. Más de 20.000 refugiados han sido acogidos por la región autónoma del Norte y el Este de Siria. La Administración Autónoma Democrática del Norte y el Este de Siria (DAANES) ha creado un equipo de crisis para permitir que los refugiados entren al país sin problemas y garantizar los servicios básicos. Muchos de los afectados son de la región.
Según la información de la DAANES del viernes, de las 20.128 personas registradas al entrar en el país, solo 86 son ciudadanos libaneses. La situación de abastecimiento es precaria y la región está siendo atacada por Turquía. ANF habló con algunos de los refugiados en Raqqa.
Ehmed Ebdil Dêrî declaró que tuvieron que abandonar la región debido a los enfrentamientos, describiendo así sus experiencias: “Los ataques comenzaron en el sur del Líbano, pero con el tiempo todo el país se vio afectado. La fábrica donde trabajaba fue bombardeada. Tengo hijas y tuvimos que irnos para protegerlas. Comenzamos nuestra huida el segundo día de los ataques y fue muy difícil. Al principio tuvimos que tomar la ruta a través de las montañas y no pudimos llevar nada con nosotros. Tuvimos que dejar todas nuestras pertenencias atrás. Después de cruzar la frontera y ser llevados a Raqqa, recibimos mucha ayuda. Nos llevaron a la comuna. Allí, registraron nuestros nombres y nos proporcionaron lo que necesitábamos. En este momento, estamos alojados en una instalación de la Oficina del Consejo Local de Servicios Sociales. El consejo local ha sido un gran apoyo, pero también necesitamos ayuda de organizaciones internacionales. Una de mis hijas tiene una discapacidad, mi esposa está enferma y yo también. Por lo tanto, al menos deberíamos recibir apoyo en este sentido. Hay muchos refugiados aquí y es casi imposible brindarles a todos la atención adecuada. En Líbano hay tres millones y medio de refugiados sirios registrados. Ahora todos necesitan ayuda, por lo que las instituciones internacionales tienen que asumir su responsabilidad”.
Musenna, que es refugiado, expresó un sentimiento similar: “Estaba en casa cuando comenzaron los ataques. El edificio en el que estábamos fue alcanzado durante el primer ataque. Como el gran tanque de agua que había en la parte superior del edificio fue alcanzado, no sufrimos muchos daños. Después de eso, huimos. Fue muy difícil hasta que salimos del Líbano. Cuando llegamos a Raqqa, todo mejoró. Fuimos muy bien recibidos y las comunas se encargaron de todas nuestras necesidades. Sin embargo, hay muchos refugiados y las organizaciones humanitarias internacionales también deben ayudarlos”.
Huseyîn Eli Huseyîn declaró: “Cuando empezó la guerra, todos huyeron. Por supuesto, también hubo mucha gente que no pudo escapar y perdió la vida. Primero fuimos a Bukaa y, desde allí, cruzamos la frontera con Siria. Cuando llegamos a Siria, pedimos ayuda a tres organizaciones de ayuda extranjeras, pero hasta ahora no hemos recibido ningun apoyo de ellas. Las instituciones internacionales no se hacen responsables. Dormimos al raso y pedimos a la gente mantas y comida. Más tarde llegamos a Raqqa. Ahora estamos mejor, la administración autónoma ha cubierto nuestras necesidades básicas”.