En las primeras horas del 4 de agosto, artillería turca destruyó una casa en la aldea de Sefawiyê, al este de la ciudad de Ayn Issa, en el norte de Siria. Un hombre de 54 años y tres de sus hijos murieron. La madre y otros niños y niñas resultaron heridos y están siendo tratados en el hospital de Raqqa. En una declaración escrita sobre la masacre, el Comando General de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) advirtió a las fuerzas de ocupación turcas y sus milicias, y pidió a los EE. UU. y Rusia que detuvieran los crímenes de guerra y que están teniendo lugar a pesar de la acuerdos de las principales potencias con el estado turco.
El comunicado decía: "El estado ocupante turco ha vuelto a cometer crímenes de guerra contra el pueblo del norte y este de Siria. Los tanques turcos atacaron asentamientos civiles y refugiados de la ocupada Girê Spî. En un ataque a la aldea de Sefawiyê, un padre y tres de sus los niños fueron asesinados.
Los atroces crímenes del Estado turco demuestran que insiste en ocupar territorio sirio, hacer la guerra y desplazar a la población. De esta forma, el estado turco está violando acuerdos con los estados de la región, así como con Rusia y Estados Unidos.
Expresamos nuestras condolencias a los familiares de las personas asesinadas y condenamos la masacre del estado turco. Hacemos un llamado a Rusia, como potencia garante en la región, para que se oponga a los crímenes del estado ocupante turco. Tenemos derecho a proteger a las personas y a nuestra región de los ataques en el marco de la autodefensa. Hacemos un llamado a la comunidad internacional y a las organizaciones internacionales de derechos humanos para que investiguen las violaciones de derechos del estado turco invasor y sus mercenarios y lleven a estos criminales a los tribunales internacionales".
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