Las personas que viajaban desde el cantón del Éufrates hasta la presa de Tishrin para participar en la vigilia fueron nuevamente blanco directo del Estado turco. Según informes iniciales, el ataque dejó un civil muerto y otros cuatro heridos.

Esta es la cuarta vez que Turquía ataca a civiles que participan en la vigilia en la presa de Tishrin para detener los ataques del ejército turco y sus mercenarios aliados.

El 8 de enero, el Estado turco bombardeó un convoy de civiles que se dirigía a la presa de Tishrin, que corre el riesgo de derrumbarse de forma inminente debido a la intensificación de los ataques de las tropas turcas y sus mercenarios aliados. El convoy de civiles procedentes de los cantones de Tabqa, Raqqa, Cizire y Éufrates fue bombardeado por un dron turco que se dirigía a la presa, matando a tres personas e hiriendo a otras 15.

La gente del noreste de Siria ha estado realizando una vigilia en la presa durante ocho días para proteger su territorio junto a las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y las Unidades de Defensa de las Mujeres (YPJ) que se enfrentan a ataques cada vez mayores del ejército turco y mercenarios aliados.

En una declaración sobre la creciente amenaza a la presa, las SDF informaron el 8 de diciembre que aviones de guerra turcos habían llevado a cabo múltiples ataques aéreos sobre la presa de Tishrin y sus alrededores en medio de intensos enfrentamientos entre las fuerzas del Consejo Militar de Manbij y grupos mercenarios respaldados por Turquía.

Las SDF señalaron que el riesgo de un colapso catastrófico de la presa de Tishrin está aumentando y denunciaron: “El Estado turco asumirá la plena responsabilidad por cualquier desastre que pueda ocurrir en la presa o en otras áreas de Siria debido a los continuos ataques aéreos y de artillería turcos. Estos ataques alcanzaron su máxima intensidad esta mañana y continúan”.

La Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (DAANES) también advirtió que cualquier ataque o destrucción de la presa de Tishrin podría tener consecuencias catastróficas, incluidas inundaciones generalizadas, pérdidas significativas de vidas, destrucción de infraestructura y graves daños ambientales.

“La presa de Tishrin es un recurso vital para generar energía y proporcionar agua potable. Con una longitud de 1,5 kilómetros y una capacidad de 1.900 millones de metros cúbicos de agua, desempeña un papel crucial en el sustento de los habitantes del norte y el este de Siria. Ya ha sufrido daños en los últimos años, lo que ha afectado a su capacidad operativa, y cualquier daño adicional podría dejarla inoperativa, lo que provocaría efectos a largo plazo en la estabilidad de toda la región”, advirtió DAANES.