Los siriacos demandan sus propiedades de regreso de Turquía

Las organizaciones asirias y sirias enviaron una carta al presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, al primer ministro Binali Yıldırım y al ministro de Hacienda, Mehmet Şimşek, exigiendole el regreso de casi 50 propiedades usurpadas por el AKP.

La gobernación de Mardin ha entregado recientemente 50 iglesias siríacas, monasterios y cementerios a la Presidencia de los Asuntos Religiosos, y después a la tesorería. Los asirios y siríacos respondieron a la usurpación de sus propiedades con una dura reacción.

Las organizaciones religiosas y civiles de las comunidades asirias y sirias declararon que no reconocían la usurpación de sus iglesias, monasterios y cementerios, e insistieron en que las propiedades incautadas fueran entregadas a las fundaciones siríacas.

"Quiere limpiar la mesopotamia de siríacos"

Las organizaciones asirio-sirias se reunieron en Estocolmo, capital de Suecia, y establecieron un comité para la devolución de sus propiedades a los siríacos. La comisión ha tomado recientemente medidas y ha decidido enviar una carta a las autoridades turcas.

La comisión declaró que cuando el Estado turco usurpó sus propiedades, no pidió la opinión de sus representantes, ni discutió esa materia en absoluto, razón por la cual expresan ahora su reacción.

El miembro del Comité, Sait Yıldız, representante de la Organización Asiria Democrática, dijo que continuará con todos sus esfuerzos, hasta que el Estado turco les devuelva sus propiedades.

Una delegación de tres personas en representación de iglesias y organizaciones siríacas visitó al embajador turco Kaya Türkmen, expresó sus demandas y le envió una copia de la carta que se transmitiría a las autoridades turcas.

En su carta dirigida al Presidente y Primer Ministro de Turquía, las organizaciones asirias y sirias recordaron que eran una de las comunidades más antiguas, que fundaron una de las más grandes civilizaciones de la historia y se vieron obligadas a abandonar sus tierras debido a presiones y ataques.

La carta enfatizó que la usurpación de las propiedades siriacas por parte del AKP era una aparente violación de la Convención Europea de Derechos Humanos y el derecho a la propiedad, y la religión, garantizados por la constitución de la República Turca y tendría consecuencias destructivas.