Como resultado de la ocupación otomana y la persecución del régimen de Baath, el pueblo kurdo no pudo hablar su lengua materna durante años. A pesar de esta represión, el pueblo kurdo logró preservar su idioma. Aunque los kurdos han estado tratando de preservar y mejorar su lengua, los estados colonialistas han bloqueado estos esfuerzos porque los consideran una amenaza.
“Yo enseño kurdish a niños”
Beryad Ehmed, profesora, afirmó que aprendió kurdo de su padre y enseña su lengua materna a los estudiantes de Kobanê. Ella y su hermano tenían dificultades en las escuelas de la administración de Damasco. "El gobierno de Damasco no nos permitió tomar los exámenes de la escuela secundaria porque nuestros nombres eran kurdos", explicó.
Beryad creció escondiendo recortes de periódicos kurdos. No podía decirles a sus amigos de la escuela que sabía kurdo, que era un idioma prohibido. “Quienes exigen la eliminación de los materiales del curso en kurdo hoy quieren que volvamos a estos viejos tiempos. En los años 90, las fuerzas de seguridad del gobierno de Damasco reprimían nuestro movimiento político. Su objetivo era ahuyentar a la gente del compromiso político”, comentó Beryad.
"Es una vergüenza quitar la educación en la lengua materna"
Un residente de Kobanê, Hisên Müslim, expresó su felicidad por tener la oportunidad de transmitir el idioma kurdo que aprendió en los años 80 a las nuevas generaciones. Müslim relató que tenían miedo de hablar kurdo antes de la Revolución de Rojava y expresó su oposición al intento de ENKS de eliminar la educación en la lengua materna: "El intento de eliminar los materiales del curso kurdo es una demanda inaceptable. Es una injusticia cometida contra miles de mártires. Pagamos un gran precio por aprender nuestro idioma. Es una gran vergüenza impedir que la gente aprenda este idioma. Es una vergüenza mayor si esta solicitud la hace un partido kurdo".