En una declaración escrita, los copresidentes de KON-MED señalaron: "Esperamos que todo nuestro pueblo kurdo que vive en Alemania y todos los pueblos revolucionarios-democráticos asistan al Festival Internacional de Cultura Kurda, que celebraremos en Landgraaf, Holanda, el 25 de septiembre".
La declaración de decía: "Celebraremos esta gran manifestación contra las invasiones genocidas, las detenciones y las masacres del Estado turco fascista en el Kurdistán, el sistema de aislamiento absoluto que ha impuesto al líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan, y sus ataques contra Rojava, Shengal y Başur (Kurdistán del Sur). Será una fiesta para el pueblo, especialmente para la gente que se llama revolucionaria y demócrata y que apoya la paz y la democracia. Nos reuniremos y alzaremos la voz".
El lema de la manifestación es " Estatuto para el Kurdistán, Libertad para Önder Öcalan". "Nuestro pueblo expresará su voluntad abiertamente con gran determinación", indica el comunicado, añadiendo: "Participando en el Festival Internacional de la Cultura Kurda, el pueblo kurdo, especialmente los segmentos revolucionarios y democráticos, dirá abiertamente: Estamos aquí".
La declaración continuaba: "Como KON-MED, mostraremos nuestra postura participando en esta gran manifestación, reiterando que 'No renunciaremos a una vida libre y democrática'. Sobre esta base, participaremos en el Festival Cultural Internacional Kurdo".
En un folleto específico para la manifestación, los organizadores subrayaron que "más de dos millones de kurdos viven en Europa. La mayoría de ellos, a finales de los años 80 y principios de los 90, se vieron obligados a abandonar sus hogares en Turquía, Siria, Irak o Irán debido a la persecución política, el desplazamiento y la expansión masiva de la guerra en todas las partes del Kurdistán. Una vez en Europa, los kurdos se dedicaron a organizarse y hacer campaña por su derecho a la autodeterminación y por el fin inmediato del apoyo europeo a la guerra emprendida por Turquía".
Pero en Europa, escribieron los organizadores, y especialmente en Alemania, "los kurdos volvieron a enfrentarse a la represión estatal, la criminalización y la persecución. También aquí no se les reconoce legal y políticamente como pueblo independiente. En su lugar, están registrados en las estadísticas cómo turcos, iraquíes, iraníes o sirios. Hasta hoy, muchos países europeos, especialmente Alemania, se niegan a registrar estadísticamente en el censo y a publicar el número real de kurdos.
Alemania es el único país de Europa que se ha comprometido políticamente a lograr el reconocimiento del derecho de autodeterminación y la lucha por la libertad como un delito. Desde el punto de vista europeo, la cuestión kurda no es sólo una cuestión de política exterior, sino también interna. En cambio, Europa sigue dando prioridad a su política de intereses compartidos con Turquía, especialmente como miembro de la OTAN. Basándose en el mismo principio, los países europeos también suministran a Turquía armas que luego procede a utilizar en el Kurdistán. Como resultado, los kurdos huyen y emigran".
El folleto añadía: "En 1992, en este contexto, los kurdos de Europa organizaron su primer festival cultural internacional. Su intención era expresar el profundo anhelo de la sociedad kurda por la paz, la libertad y el reconocimiento político-cultural y pedir la proscripción de la guerra como medio político. El festival consiguió mostrar la diversidad de la cultura kurda y también acercar otras culturas a los kurdos.
Desde entonces, el festival cultural kurdo internacional se celebra casi todos los años y se ha convertido en un importante acontecimiento para los kurdos de Europa. Cada festival renueva y reafirma los persistentes esfuerzos por una solución pacífica de la cuestión kurda. Como demuestra la situación política actual, no es fácil lograr la paz y construir la democracia. Requiere mucha fuerza y resistencia. La resolución del conflicto turco-kurdo contribuiría sin duda a una paz duradera en Oriente Medio, pero también tendría efectos positivos para la paz en todo el mundo, ya que la cuestión kurda es también una cuestión internacional. Teniendo esto en cuenta, año tras año, los kurdos de Europa, junto con amigos de todo el mundo, organizan el festival cultural kurdo internacional, para seguir siendo un modelo de convivencia pacífica, paz, libertad, respeto mutuo y tolerancia".
Sin embargo, el festival ha tenido que luchar contra la criminalización, las prohibiciones y el acoso de las autoridades de seguridad alemanas. Los organizadores afirman que "Alemania lo prohibió varias veces, y tuvo que ser trasladado a los Países Bajos. Pero los invitados al festival no pudieron ser disuadidos de enviar una señal clara a favor de la solidaridad, la democracia y los derechos humanos, por el reconocimiento político y cultural de la existencia kurda, y contra la criminalización del movimiento de liberación kurdo.
A lo largo de los años, el festival se ha convertido en un evento tradicional único para la diáspora kurda en Europa. Durante casi tres décadas, miles de personas han asistido a él, convirtiéndolo en uno de los mayores acontecimientos para los kurdos en Europa. Muchos lo consideran el acontecimiento del año. Los participantes viajan desde muy lejos para reunirse con familiares y amigos. Los invitados y las contribuciones culturales también vienen de todo el mundo para dar conjuntamente un ejemplo de paz y democracia en el festival".