El líder popular kurdo Abdullah Öcalan sigue aislado en la prisión de la isla turca de Imrali, en un régimen de aislamiento agravado al margen de toda legalidad tanto nacional como internacional. Con motivo del 26º aniversario de este aislamiento, desde ANF hemos hablado con la abogada Aynur Paşa sobre el objetivo de la conspiración internacional que condujo a su encarcelamiento, el aislamiento permanente al que está sujeto y la obstrucción de las visitas tanto de familiares como de sus propios abogados.
La conspiración internacional del 15 de febrero fue liderada por Estados internacionales, en la que Turquía asumió el papel de carcelero. ¿Cuál era el objetivo de esta conspiración? ¿Cómo debemos abordar las consecuencias jurídicas y políticas de la conspiración? Si analiza los acontecimientos de ese período desde una perspectiva jurídica, ¿cómo evalúa esta situación?
Las potencias internacionales llevaron a cabo esta conspiración para violar los derechos humanos y silenciar a quienes abogan por la libertad y la democracia. La conspiración internacional comenzó con la salida de Öcalan de Siria. Al no querer que la seguridad de Siria se viera amenazada, Öcalan se vio obligado a marcharse. En 1999, Öcalan fue entregado a Turquía desde Kenia. Fue objeto de una conspiración iniciada por las potencias internacionales bajo el pretexto de que era “buscado en Turquía”. Aunque el entonces Primer Ministro de Turquía se sorprendió por la entrega de Öcalan, no dudó en asumir el papel de carcelero. La captura de Öcalan se presentó como un gran éxito para Turquía, pero el entonces Primer Ministro se sorprendió. Ya se habían preparado leyes contra Öcalan. Fue llevado a un juicio farsa, por así decirlo, como una formalidad para “cumplir el procedimiento”. Como resultado de este juicio, Öcalan fue condenado a muerte.
El Protocolo Nº 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que abolió la pena de muerte, fue ratificado el 15 de enero de 2003, y Turquía firmó este protocolo en 2005. En consecuencia, Turquía se vio obligada a cambiar su legislación penal y a abolir la pena de muerte. Tras abolir la pena de muerte, Turquía mantiene como rehén a Öcalan en la isla de Imrali desde hace 26 años, con una pena de cadena perpetua agravada que no es menos severa que la pena de muerte. Como es sabido, la prisión de Imrali es una cárcel rodeada de agua por todos lados, una de las peores de Turquía, y las condiciones climáticas afectan gravemente a la salud.
En el vigésimo séptimo año de la conspiración internacional, Öcalan sigue aislado en la isla de Imrali. En sus últimas reuniones con Ömer Öcalan y la delegación del Partido DEM, Öcalan afirmó que el aislamiento continúa. El papel del CPT (Comité Europeo para la Prevención de la Tortura), que ha llevado a cabo inspecciones en la isla de Imrali durante años sin decir nada, es evidente en la continuación de este sistema de aislamiento. ¿Cómo valora este sistema de aislamiento en curso?
Es bien sabido que los pueblos que aman la libertad y la democracia están profundamente conectados con el Sr. Öcalan y creen en él. El aislamiento impide que la voz del Sr. Öcalan llegue al pueblo. Desde 2011, el Sr. Öcalan no ha podido reunirse con sus abogados y, antes de los últimos acontecimientos, no había habido noticias suyas durante más de tres años. Según la ley, un detenido tiene derecho a recibir información del exterior y a comunicarse con el mundo exterior. Esto puede hacerse a través de la televisión, la radio, los libros u otros medios de comunicación, o mediante el contacto con personas. También tienen derecho a visitas periódicas de familiares y llamadas telefónicas. Además, el derecho más básico de un detenido es comunicarse con su abogado. El Sr. Öcalan no tiene ninguno de estos derechos. Si las leyes internacionales tuvieran alguna validez, si hubiera alguna voluntad internacional, Turquía ya habría sido responsabilizada, se habrían tomado decisiones con respecto a esto, se habría levantado el aislamiento existente y el Sr. Öcalan habría recuperado su libertad física.
El CPT, o Comité Europeo para la Prevención de la Tortura, es un órgano del Consejo de Europa. Establecido en 1989, el principal objetivo del CPT es prevenir las violaciones de los derechos humanos y la tortura en los centros de detención de toda Europa. Visita periódicamente las cárceles de los Estados miembros. Estas visitas se realizan para evaluar cómo se protegen los derechos humanos de los detenidos. Después de estas visitas, el Comité prepara informes y los presenta a los Estados pertinentes. Durante las visitas, formula recomendaciones a los Estados miembros sobre los problemas que identifica. Estas recomendaciones tienen por objeto mejorar las condiciones y prevenir las violaciones de los derechos humanos. Aunque el CPT ha presentado en varias ocasiones los resultados de sus visitas a Turquía, no ha podido adoptar una postura seria contra Turquía. Sin embargo, consideramos significativo que en 2024 el Comité de Ministros del Consejo de Europa diera a Turquía un plazo de un año con respecto al Sr. Öcalan. También es fundamental hacer un seguimiento de la decisión y del plazo establecido.
¿Por qué Öcalan no ha podido reunirse con sus abogados durante 14 años, desde julio de 2011? A pesar de que las visitas regulares de los abogados son un derecho fundamental de todo preso para hacer oír su voz en la sociedad, el Estado turco ha violado este derecho durante años. Las solicitudes oficiales presentadas por los abogados a menudo no son respondidas por el Ministerio de Justicia turco y la administración del AKP, y a veces, estas reuniones son denegadas con justificaciones falsas. Como experta legal, ¿cómo evalúa el marco legal que rige la relación entre los presos y sus abogados?
Aunque el estado de derecho se considera un principio fundamental en Turquía, observamos inconsistencias en su aplicación. Los presos políticos y las personas de alto perfil son los ejemplos más llamativos de esta situación. El caso del Sr. Öcalan se analiza con frecuencia en este contexto. Si bien el estado de derecho requiere procesos judiciales justos e igualitarios, surgen graves problemas en su aplicación. Los presos en Turquía tienen derecho a ciertos derechos en virtud del derecho internacional, incluido el acceso a sus abogados. Sin embargo, en el caso del Sr. Öcalan, se han interpuesto obstáculos importantes para el ejercicio de estos derechos.
Para cualquier preso, las reuniones periódicas con sus abogados son un aspecto crucial para salvaguardar su derecho a la defensa. Una representación legal eficaz requiere una comunicación ininterrumpida. Lamentablemente, cortar el acceso de los presos a sus abogados constituye una violación de los principios jurídicos fundamentales.
Además, los abogados tienen derecho a ser informados sobre las sanciones disciplinarias impuestas a sus clientes. La falta de este flujo de información socava la equidad y la transparencia del proceso judicial. Los abogados deben poder preparar los documentos legales necesarios para defender los derechos de sus clientes y presentar apelaciones. Sin embargo, en este caso, los abogados no están adecuadamente informados ni se les permite reunirse con sus clientes. Esta situación puede considerarse una forma sistemática de aislamiento.
Durante años, Öcalan ha sido sometido a castigos disciplinarios arbitrarios en Imrali para impedir su nuevo juicio. Es bien sabido que la acumulación de estas sanciones en un expediente sirve como medio para bloquear cualquier posibilidad de un nuevo juicio. A pesar de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre el "derecho a la esperanza", Öcalan sigue detenido en Imrali. ¿Cómo evalúa esta situación? ¿Cuál es su valoración jurídica de su detención durante 26 años?
Öcalan representa la voluntad de los pueblos que abogan por la libertad y la democracia. En este contexto, el aislamiento impuesto al Sr. Öcalan es también un aislamiento impuesto a los pueblos. Según la evolución de los marcos jurídicos en los diferentes Estados, un preso condenado a cadena perpetua tiene derecho a un nuevo juicio y a beneficiarse del “derecho a la esperanza”. La decisión de revocar su pena de muerte y convertirla en cadena perpetua agravada no justifica el aislamiento extremo continuo. El aislamiento severo impuesto durante 26 años es una clara indicación de cómo se han violado sistemáticamente los derechos del Sr. Öcalan.
En el sistema jurídico turco, los presos que cumplen cadena perpetua tienen derecho a ser juzgados de nuevo después de un período determinado. Este derecho también está reconocido en las normas jurídicas internacionales y los tratados de derechos humanos. El caso del Sr. Öcalan plantea serias dudas sobre la eficacia con la que se está aplicando este principio. La revisión de una sentencia es un proceso dinámico que refleja la evolución del sistema jurídico. En otras palabras, las personas condenadas tienen derecho a solicitar un nuevo juicio y a ejercer su derecho a la esperanza en el marco de las normas jurídicas cambiantes.
La imposición continua de un aislamiento severo durante 26 años es una flagrante violación de los derechos humanos y legales fundamentales del Sr. Öcalan. Este aislamiento prolongado contradice los principios de derechos humanos, las normas jurídicas internacionales, el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Estas violaciones incluyen restricciones a la integridad física, el acceso a los servicios de atención sanitaria y el derecho a asistencia jurídica.
Tras la declaración del líder del MHP, Devlet Bahçeli, “Que Öcalan venga y hable en el Parlamento”, su sobrino Ömer Öcalan fue el primero en visitar Imrali. Más tarde, después de nueve años, una delegación del Partido DEM pudo también visitar Imrali dos veces. ¿Cómo interpreta estas visitas? ¿Qué impacto podrían tener en el proceso político?
La actual crisis en Oriente Próximo y los esfuerzos por redefinir el mapa regional han colocado a Turquía en una posición crítica. La declaración de Devlet Bahçeli se puede vincular a este contexto más amplio. Sin embargo, quienes hacen tales demandas deben entender que imponer condiciones y negociar derechos es legalmente inaceptable. Según la ley, el señor Öcalan ya ha llegado a la etapa en la que debería beneficiarse del “derecho a la esperanza”. El propio Estado turco es el que pospone y trata de eliminar este derecho de la agenda. Por lo tanto, establecer condiciones y entablar negociaciones sobre derechos fundamentales es, por definición, ilegal.
Sin embargo, la razón principal por la que este asunto ha alcanzado tal nivel es la resonancia mundial de la iniciativa global por su libertad lanzada bajo el lema “Libertad para Abdullah Öcalan, una solución política a la cuestión kurda”. La lucha del pueblo kurdo y sus aliados ha propiciado este momento. Teniendo en cuenta que el aislamiento aún no se ha levantado, estas visitas parecen ser el resultado de una creciente presión sobre Turquía.
También debemos recordar que Turquía, que se enfrenta a un estancamiento político, social y económico, ha vuelto a centrar su atención en el pueblo kurdo. Un análisis histórico de Turquía revela que el país ha experimentado sus logros más significativos durante los períodos de solidaridad entre kurdos y turcos. La unidad de los pueblos kurdo y turco es clave para superar las crisis. Sin embargo, Turquía aborda esta relación no como una asociación estratégica, sino como una maniobra táctica. Al hacerlo, sigue una política de explotación de los sentimientos kurdos en beneficio de sus propios intereses. Mediante declaraciones como “Estamos con el pueblo kurdo”, Turquía intenta encontrar una salida a la crisis actual. Es fundamental reconocer estas estrategias políticas egoístas.
El proceso se está desarrollando bajo la iniciativa del Sr. Öcalan. Como se ve en la propuesta de siete puntos que ha presentado, el Sr. Öcalan está dispuesto a encontrar una solución. La democratización de Turquía y la construcción de una sociedad equitativa dependen de la adopción de su paradigma. Según los rumores, el 15 de febrero se espera la declaración de Öcalan. Todo el mundo la espera. Hasta ahora, Turquía no ha abordado estos acontecimientos de la manera deseada, no ha aclarado su postura y no ha declarado explícitamente si tiene intención de resolver la cuestión kurda. Después de esta declaración, sus intenciones quedarán más claras. Es esencial abordar la situación actual con sinceridad. Öcalan ha dedicado todos sus esfuerzos a la paz, la democracia y la igualdad. Nuestra esperanza es que Öcalan sea liberado de Imrali, que consiga su libertad física.